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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.

Por ese motivo, conoce qué es el trastorno de ansiedad generalizada, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es un trastorno mental caracterizado por una preocupación excesiva y persistente sobre diversas situaciones cotidianas. Las personas que lo padecen suelen experimentar ansiedad desproporcionada, lo que puede interferir en su vida diaria y en su bienestar emocional.

Este trastorno puede manifestarse a través de síntomas físicos como tensión muscular, fatiga, irritabilidad y problemas de concentración. El TAG afecta a millones de personas en todo el mundo y su tratamiento puede incluir terapia psicológica y, en algunos casos, medicación.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada?

Los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada pueden variar. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Preocupación o ansiedad persistentes por determinados asuntos que son desproporcionados
  • Pensar demasiado los planes y las soluciones
  • Percibir situaciones y acontecimientos como amenazantes, incluso cuando no lo son
  • Dificultad para lidiar con situaciones de incertidumbre
  • Temperamento indeciso y miedo a tomar la decisión equivocada
  • Incapacidad para dejar de lado u olvidar una preocupación
  • Incapacidad para relajarse, sensación de nerviosismo y sensación de excitación o de estar al límite
  • Dificultad para concentrarse, o sensación de que la mente se "pone en blanco".

Los signos y síntomas físicos pueden ser los siguientes:

  • Fatiga
  • Trastornos del sueño
  • Tensión muscular o dolores musculares
  • Temblor, agitación
  • Nerviosismo o tendencia a los sobresaltos
  • Sudoración
  • Náuseas, diarrea o síndrome del intestino irritable
  • Irritabilidad

Puede haber momentos en que las preocupaciones no te consumen por completo, pero de todos modos te sientes ansioso, aunque no haya motivos evidentes.

Tu ansiedad, tu preocupación y los síntomas físicos te provocan angustia considerable en situaciones sociales, laborales y en otros ámbitos de tu vida. Las preocupaciones pueden cambiar de una inquietud a otra y pueden variar según el momento y la edad.

Los niños y los adolescentes pueden tener preocupaciones similares a las de los adultos, pero también pueden preocuparse en exceso por lo siguiente:

  • Desempeño en la escuela o en eventos deportivos
  • Seguridad de los familiares
  • Llegar a tiempo (puntualidad)
  • Terremotos, guerras nucleares y otras situaciones catastróficas

Un niño o adolescente con preocupación excesiva puede manifestar lo siguiente:

  • Sentirse demasiado ansioso por tratar de integrarse
  • Ser un perfeccionista
  • Volver a hacer algunas tareas porque no salieron perfectas la primera vez
  • Pasar demasiado tiempo haciendo las tareas de la escuela
  • Carecer de confianza
  • Esforzarse para obtener la aprobación
  • Exigir demasiada atención sobre su desempeño
  • Tener dolores de estómago frecuentes u otros síntomas físicos
  • Evitar ir a la escuela o evitar situaciones sociales

Un poco de ansiedad es normal, pero consulta con el médico en los siguientes casos:

  • Sientes que te preocupas demasiado y eso interfiere en tu trabajo, tus relaciones u otros aspectos de tu vida
  • Te sientes deprimido o irritable, tienes problemas con el alcohol o con las drogas, o tienes otros problemas de salud mental además de la ansiedad
  • Si tienes conductas o pensamientos suicidas, busca atención de urgencia de inmediato.

Es poco probable que tus preocupaciones desaparezcan solas e, incluso, pueden empeorar con el tiempo. Trata de buscar ayuda de un profesional antes de que la ansiedad se agrave. Puede ser más fácil tratarla al comienzo.

¿Cómo saber si una persona tiene trastorno de ansiedad generalizada?

El diagnóstico del trastorno de ansiedad generalizada comienza con una exploración física por parte del médico, quien busca signos que puedan indicar que la ansiedad está relacionada con medicamentos o enfermedades no diagnosticadas. Además, se pueden solicitar análisis de sangre u orina si se sospecha de alguna condición médica subyacente.

El profesional de salud mental también realizará preguntas detalladas sobre los síntomas y la historia clínica del paciente. Para facilitar el diagnóstico, se pueden utilizar cuestionarios psicológicos y los criterios establecidos en el DSM-5, que es el manual de referencia para los trastornos mentales.

¿Cuál es el mejor tratamiento para el trastorno de ansiedad generalizada?

Para tratar el trastorno de ansiedad generalizada, es fundamental considerar la psicoterapia como una opción efectiva. La terapia cognitiva conductual, en particular, se centra en enseñar habilidades específicas para manejar las preocupaciones y facilitar el regreso a las actividades cotidianas que se evitan debido a la ansiedad. Este enfoque permite que los síntomas mejoren gradualmente a medida que se avanza en el tratamiento.

Además de la psicoterapia, los medicamentos pueden ser una parte importante del tratamiento. Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, son considerados tratamientos de primera línea. Es esencial discutir con un médico los beneficios y riesgos de cada medicamento, así como los posibles efectos secundarios que puedan surgir.

Por último, es importante recordar que la combinación de psicoterapia y medicamentos puede ser la más beneficiosa para muchas personas. Cada individuo puede responder de manera diferente a los tratamientos, por lo que puede ser necesario experimentar para encontrar la mejor opción que se adapte a las necesidades personales y mejorar la calidad de vida.