Terrorífico hallazgo | Científicos quieren envenenar a los mosquitos con sangre humana y terminar con la malaria
Un nuevo estudio científico señala que hay una manera eficaz para eliminar a los mosquitos y reducir significativamente las enfermedades que transmiten.
La malaria es responsable de más de 600.000 muertes anuales y sigue siendo una de las enfermedades más mortales transmitidas por mosquitos. Un grupo de científicos trabaja para convertir la sangre humana en un veneno letal que logre exterminarlos.
Durante los últimos años varios países percibieron una epidemia de mosquitos mortales como lo es el dengue. Esta investigación podría ser la respuesta para reducir los casos de contagios por dicho insecto.
Descubrimiento: científicos convierten sangre humana en veneno para los mosquitos
Según un estudio publicado en Science Translational Medicine, un fármaco llamado nitisinona puede hacer que la sangre humana sea tóxica para los mosquitos.
La nitisinona no protege directamente contra la infección por malaria, pero su impacto en la población de mosquitos es significativo, según señala el estudio. Al eliminar a los insectos antes de que puedan poner huevos, este fármaco podría reducir drásticamente las poblaciones transmisoras de enfermedades, interrumpiendo la cadena de contagio de forma efectiva.
El descubrimiento tiene como objetivo reducir la cantidad de transmisores en una comunidad hasta hacer inviable la propagación de la enfermedad. En combinación con otras estrategias, como mosquiteros tratados con insecticida y vacunas contra la malaria, esta técnica podría convertirse en un aliado crucial en zonas donde los mosquitos han desarrollado resistencia a los métodos convencionales de control.
De herbicida a herramienta contra la malaria: la sorprendente trayectoria de la nitisinona
La nitisinona tiene un origen curioso: fue diseñada originalmente como herbicida, basándose en una toxina de la planta australiana conocida como cepillo de botella. Su mecanismo de acción interfiere con la metabolización de la tirosina, un aminoácido esencial. Sin embargo, en la década de 1990, se descubrió que podía tratar trastornos genéticos raros, como la tirosinemia tipo I, lo que llevó a su aprobación por la FDA para su uso en humanos.
A pesar de sus efectos secundarios en pacientes con estas condiciones genéticas, los científicos han encontrado que la cantidad necesaria para afectar a los mosquitos es considerablemente menor. De hecho, en 2016, investigadores en Brasil descubrieron que los insectos hematófagos, como mosquitos y pulgas, han desarrollado la capacidad de procesar rápidamente la tirosina ingerida con la sangre. Interrumpir este proceso significa, en la práctica, una sentencia de muerte para ellos.
Estos descubrimientos han llevado a un equipo de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool a explorar cómo la nitisinona podría aplicarse a los mosquitos. Los resultados preliminares indican que este fármaco tiene un gran potencial para reducir drásticamente la cantidad de mosquitos portadores de enfermedades y, con ello, el impacto devastador de la malaria a nivel global.