Liquen escleroso: cuáles son los síntomas y cómo se trata

Las enfermedades no transmisibles causan 41 millones de muertes al año que equivalen al 71% de los decesos que se producen en todo el planeta, según datos compartidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por eso, conoce qué es el liquen escleroso, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores terapias disponibles.

¿Qué es el liquen escleroso?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el liquen escleroso es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente la piel y las mucosas, especialmente en la zona genital y anal. Se caracteriza por la aparición de manchas blanquecinas, adelgazamiento de la piel y picazón intensa. Aunque puede presentarse en personas de cualquier edad, es más común en mujeres postmenopáusicas.

La causa exacta del liquen escleroso no se conoce, pero se ha asociado con factores autoinmunitarios y hormonales. El diagnóstico se realiza a través de la evaluación clínica y, en algunos casos, mediante una biopsia de piel. El tratamiento suele incluir corticosteroides tópicos y, en casos más severos, terapias adicionales para controlar los síntomas y prevenir complicaciones.

¿Cuáles son los síntomas del liquen escleroso?

El liquen escleroso puede presentarse sin síntomas, pero cuando los hay, suelen afectar principalmente la zona genital y anal, así como otras áreas del cuerpo. Los síntomas incluyen:

- Zonas en la piel de textura suave y descoloridas.
- Zonas arrugadas o manchadas en la piel.
- Picazón.
- Sensación de irritación o ardor.
- Hematomas que se producen con facilidad.
- Piel frágil.
- Cambios en el conducto de la uretra.
- Sangrado, formación de ampollas o llagas abiertas.
- Relaciones sexuales dolorosas.

Es importante consultar a un médico si se presentan estos síntomas o si ya se tiene un diagnóstico de liquen escleroso, con revisiones periódicas cada 6 a 12 meses.

¿Cómo saber si una persona tiene liquen escleroso?

El diagnóstico del liquen escleroso se realiza principalmente a través de un examen físico de la piel afectada por parte del proveedor de atención médica. En algunos casos, se puede requerir una biopsia para descartar la presencia de cáncer, especialmente si la piel no muestra mejoría con el tratamiento de cremas esteroides. Este procedimiento implica la extracción de una pequeña muestra de tejido para su análisis microscópico.

Además, es posible que el paciente sea referido a especialistas como dermatólogos, ginecólogos, urólogos o médicos del dolor, dependiendo de la localización y gravedad de la afección. Estos profesionales pueden ofrecer un enfoque más específico y tratamientos adecuados para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

¿Cómo prevenir y tratar el liquen escleroso?

El liquen escleroso es una afección que puede causar picazón y cambios en la piel y su tratamiento es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Para tratar esta condición, se suelen utilizar ungüentos medicados, como el esteroide clobetasol, que se aplica en la zona afectada. Inicialmente, se recomienda usarlo dos veces al día y luego, tras varias semanas, se puede reducir la frecuencia a dos veces por semana para prevenir la reaparición de los síntomas.

Además de los esteroides, los inhibidores de la calcineurina, como el tacrolimus, pueden ser una opción efectiva para el tratamiento del liquen escleroso. Es importante que los pacientes mantengan un seguimiento regular con su proveedor de atención médica para monitorear posibles efectos secundarios y ajustar el tratamiento según sea necesario. Este enfoque a largo plazo es esencial para controlar la picazón y la irritación, así como para evitar complicaciones más serias.

En algunos casos, si el liquen escleroso ha causado un estrechamiento de la abertura para el flujo de orina, se puede recomendar la circuncisión. Este procedimiento puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la función urinaria. La prevención y el tratamiento adecuado son clave para manejar esta condición y minimizar su impacto en la vida diaria.

Para finalizar, es necesario recordar que en caso de presentar alguno de los síntomas mencionados es aconsejable consultar con un profesional de la salud. La detección temprana es clave para un tratamiento eficaz y para prevenir complicaciones.