

La creación de un cerebro de laboratorio representa un avance sin precedentes para la medicina gracias a las millones de aplicaciones que ofrece dentro del campo para el estudio de este órgano y de las enfermedades que pueden comprometerlo.
Si bien fabricar un cerebro experimental parecía una utopía, un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins logró desarrollar un organoide -es decir, una versión más simple y pequeña- completo y funcional.
Este novedoso avance cuenta con tejidos neuronales y vasos sanguíneos rudimentarios, siendo uno de los proyectos más prometedores para estudiar de cerca enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y trastornos neuropsiquiátricos, así como también diversos enfoques de tratamiento clínico.

El avance del siglo: lograron crear un cerebro completo de laboratorio
"La mayoría de los organoides cerebrales que se ven en los artículos son una región del cerebro, como la corteza o el rombencéfalo o el mesencéfalo. Hemos desarrollado un organoide rudimentario de todo el cerebro; lo llamamos organoide cerebral multirregional (MRBO)", afirmó Annie Kathuria, autora principal y profesora en el Departamenot de Ingeniería Biomédica de la facultad.
Según lo explica el estudio publicado recientemente en Advanced Science, para este proyecto se cultivaron por separado células neuronales de las diferentes regiones del cerebro y formas elementales de vasos sanguíneos. Cada una de las partes se unió posteriormente utilizando proteínas pegajosas, calificadas como "superpegamento biológico", permitiendo que se formaran conexiones entre los tejidos.
El organoide no sólo fue capaz de generar actividad eléctrica y operar efectivamente como una red, sino que diversos tipos de células lograron desarrollarse con éxito, asemejando el cerebro de un feto humano de 40 días.

Lograron crear un cerebro humano miniatura: ¿por qué es un avance gigante para la ciencia?
"Necesitamos estudiar modelos con células humanas si queremos comprender los trastornos del neurodesarrollo o los trastornos neuropsiquiátricos, pero no puedo pedirle a una persona que me deje echar un vistazo a su cerebro solo para estudiar el autismo", expresó Kathuria, resaltando que en este avance hay una oportunidad para observar el desarrollo de afecciones en tiempo real y probar diversos tratamientos.
En el organoide los expertos lograron, por ejemplo, replicar fidedignamente un 80% de las células que pueden observarse en las primeras etapas del desarrollo, aunque en una reproducción conformada tan sólo por entre 6 y 7 millones de neuronas, a diferencia de un cerebro real adulto que cuenta con miles de millones.
"Enfermedades como la esquizofrenia, el autismo y el Alzheimer afectan a todo el cerebro, no solo a una parte. Si se puede comprender lo que sale mal al principio del desarrollo, es posible que encontremos nuevos objetivos para la detección de medicamentos", explicó la experta.
A raíz de este modelo real e innovador podrán testearse entonces diversos fármacos, seguir de cerca su impacto e incluso adaptar tratamientos a pacientes específicos, representando un paso gigantesco para la neurociencia.











