Fuente: Freepik
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Michael Perlin nunca pensó que llegaría a enfrentarse a una enfermedad grave. A los 64 años, se consideraba una persona sana, con una vida normal y sin antecedentes médicos importantes, más allá de la muerte de su padre a causa del cáncer de páncreas.
Sin embargo, un día se despertó con la piel visiblemente amarilla y una picazón generalizada tan intensa que apenas podía soportarla.
"Me llamó la atención el color de mi piel y esa picazón insoportable. Era algo que no podía ignorar. Así que fui al médico", recuerda. Esa decisión resultó vital: los exámenes revelaron que tenía un tumor en el páncreas que estaba presionando su conducto biliar, provocándole ictericia.
¿Por qué es tan difícil detectar a tiempo el cáncer de páncreas?
El cáncer de páncreas es uno de los más agresivos y difíciles de diagnosticar. Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., solo el 10,8% de los pacientes sobrevive más de cinco años después del diagnóstico.
En España, las muertes anuales por esta enfermedad se duplicaron en los últimos cuarenta años, en parte por el aumento de casos y también por la dificultad de detectar la enfermedad en sus fases tempranas.
Los síntomas iniciales suelen ser confusos o inexistentes, y cuando aparecen, a menudo se confunden con dolencias menores. "Los signos de esta enfermedad suelen parecerse mucho a los de otras afecciones comunes", explican desde el Instituto Nacional.
¿Cómo fue el proceso de diagnóstico y tratamiento?
El camino de Michael Perlin hacia la recuperación del cáncer de páncreas fue largo y complejo. Estas fueron las etapas principales que atravesó:
Diagnóstico y síntomas iniciales: tras notar una coloración amarillenta en su piel y una picazón intensa, Perlin acudió al médico. Los exámenes revelaron un tumor en el páncreas que estaba obstruyendo el conducto biliar, provocando ictericia.
Cirugía: fue intervenido quirúrgicamente mediante una operación conocida como procedimiento de Whipple, en la cual le extirparon parte del páncreas. Este tipo de intervención es una de las pocas opciones curativas cuando el cáncer se detecta a tiempo.
Postoperatorio: permaneció una semana hospitalizado y luego pasó cuatro meses recuperándose en su casa. Durante ese tiempo, enfrentó un gran desgaste físico. "Estaba muy cansado, sin apetito, y la picazón era tan fuerte que sentía que quería arrancarme la piel", recuerda.
Quimioterapia: en la siguiente fase del tratamiento, recibió quimioterapia. Para facilitar la administración del tratamiento, se le implantó quirúrgicamente un puerto en el pecho.
Radioterapia: posteriormente, se sometió a tres meses de radioterapia para continuar combatiendo las células cancerígenas.
Tratamiento digestivo con enzimas: como parte del tratamiento final, los médicos le recetaron Creon, un medicamento compuesto por enzimas pancreáticas derivadas del cerdo, esencial para ayudar a su organismo en la digestión tras la pérdida parcial del páncreas.
¿Cómo cambió su vida después de vencer el cáncer?
Hoy, a los 70 años, Perlin asegura sentirse completamente recuperado. "Es como si nunca hubiera pasado. Agradezco cada día haber notado esa señal a tiempo", comenta.
Reconoce que la experiencia lo llevó a replantearse muchas cosas, entre ellas su salud y su estilo de vida. Desde entonces se jubiló y redujo notablemente su consumo de alcohol, limitándose a solo dos cervezas por semana. "Ahora soy más consciente de lo frágil que puede ser la salud, y de la importancia de escuchar al cuerpo".
¿Qué mensaje deja a quienes puedan estar pasando por una situación similar?
Su consejo es claro y directo: no ignorar los signos, por pequeños que parezcan. "Si hay algo que no te cuadra, por más mínimo que sea, ve al médico. No hay que esperar a que los síntomas sean graves para actuar".
El caso de Michael Perlin es uno de los pocos en los que el cáncer de páncreas fue detectado a tiempo, algo que según los especialistas sigue siendo una excepción. Su historia no solo aporta esperanza, sino también una valiosa lección de atención y prevención.
