

Los abogados son casi como el médico. No nos damos cuenta de que los necesitamos hasta que nos duele algo. Cuando uno emprende un negocio, lo menos en lo que quiere pensar es en la posibilidad de tener algún percance judicial, pero la ilusión puede desmoronarse ante la primera carta documento.
Por inexpertas, demasiado optimistas o por falta de estructura, lo cierto es que las pymes sufren litigios al mismo ritmo que una empresa de alta gama. La pelea es desigual: las pequeñas no tienen el mismo andamiaje para enfrentarlos que las grandes. La falta de respuestas es grave: puede poner en peligro la viabilidad del negocio, hacer tambalear las cuentas de la empresa y, en los casos más extremos, hasta llevar a la quiebra.
"Los problemas son más o menos los mismos para grandes y pequeñas firmas. La ventaja de las primeras es que tienen más espalda para soportar la coyuntura y defenderse en un caso judicial que puede durar años", diagnostica Francisco Muruzeta, socio de Nicholson y Cano Abogados.
Los reclamos laborales van al tope de las demandas. Leonardo Glikin, director de Caps Consultores y presidente del Consejo Argentino de Planificación Sucesoria, asegura que los problemas más comunes son reclamos por diferencias salariales, horas extras, pedidos de multas por registrar mal la relación laboral y por diferencias entre lo que paga la ART y lo que pide el trabajador por accidentes laborales.
"Hay reclamos que pueden ser por montos altísimos, que, en caso de prosperar, podrían descapitalizar a la empresa. Pero, mientras el conflicto tramita en Tribunales, la estructura de la empresa se mantiene inalterable", advierte Glikin.
Con el tiempo, Ighal Duek, gerente General de Etrans, la unidad de negocios e-commerce de la firma de logística Area54, se acostumbró a sentarse con sus abogados en Tribunales. "En el rubro logística hay un gris legal respecto a los fleteros". Esa zona de indefinición genera problemas. "Muchas veces, un fletero contratado bajo las normas que un proveedor tiene para atender a un cliente, luego de algún tiempo y, en algunos casos muy puntuales de manera premeditada, ante un corte del servicio, nos hace un reclamo de tipo laboral".
Area54 opera hace más de 10 años. Tiene un centro de distribución de 5.000 m2 en el Parque Industrial de Burzaco. Opera las 24 horas con una flota de 60 vehículos y una planta de 50 empleados. Recientemente, lanzó Etrans para cubrir parte del mercado de las entregas de las ventas generadas en Internet con una expectativa de 40.000 entregas mensuales.
Duek asegura que el tiempo fue su mejor asesor. "Desde hace unos años, nuestro estudio está apoderado para ir a las mediaciones prejudiciales y judiciales pero, hasta ese momento, solía ir yo personalmente junto con el abogado", dice y agrega: "Al comienzo, con cada problema sentía que el mundo se me venía encima. Siempre me resultó muy chocante estar frente a una situación donde, a mi criterio, no había elemento de reclamo, pero que desde el punto de vista técnico legal le abría la puerta a una demanda. Con el tiempo, fui entendiendo que son las reglas de juego cuando la normativa no es clara respecto a la figura de un fletero que, de una manera autónoma, presta un servicio a un tercero". La experiencia le enseñó a dejar las cosas cada vez más claras ante una nueva contratación para evitar problemas en el futuro.
Para Pablo Iannello, director de Economía y Ciencias Sociales del Instituto Universitario Eseade, redactar bien los contratos es clave: "En la fase laboral, es preferible ajustar costos y asegurar la legalidad del trabajo, ya que las sanciones económicas por la violación a la normativa laboral suelen ser elevadas", explica.
Pablo Dono, socio director del estudio Dono&Asociados, coincide: "El problema legal más común está relacionado con despidos y el acuerdo por los montos de las indemnizaciones. Sin embargo, lo más preocupante es el trabajo informal o en negro, muchas pymes no tienen regularizados a sus empleados, acarreando consecuencias que pueden llegar a terminar con el bienestar de una organización dadas las abultadas multas que se aplican como pena".
Los conflictos laborales recrudecen en tiempos de crisis. "En la actualidad, debido a la contracción económica, las empresas intensivas en factor trabajo enfrentan una mayor conflictividad. Al ser un costo variable por excelencia, suele ser el primero que se ajusta con los corrientes reclamos", agrega Iannello. Cada cual a su juicio Existe un abanico de litigios que cambian de una empresa a la otra. Están ligados a su actividad y requieren de un know how legal específico. "El tema más recurrente por el que solemos contactar al estudio jurídico con el que trabajamos es el cobro de las deudas a clientes morosos. Pasada una determinada cantidad de tiempo en el que la gestión interna de la empresa no da buenos resultados, damos paso a los abogados", cuenta Fernando Colombo, director de Fercol, fabricante de lubricantes.
La empresa, fundada hace 30 años como una fábrica familiar de filtros para automotores, creció hasta incorporar varias líneas de lubricantes, herramientas e indumentaria. La cartera de clientes se multiplicó pero también crecieron los problemas. "Asesorados por abogados, cambiamos algunas condiciones para que los morosos puedan financiar sus deudas", explica Colombo.
Cobrar algo siempre es mejor que no cobrar nada. El consejo también funciona a la inversa, a veces es mejor partir diferencias y ante un reclamo de un cliente o un exempleado disconforme pactar un pago para evitar costas superiores. "En todos los casos recomendamos a nuestros clientes llegar a un acuerdo para evitar que los conflictos se expandan y se conviertan en juicios que generan alta incertidumbre no sólo a las partes, sino a proveedores, clientes y empleados", asegura Glikin.
"El que paga mal, paga dos veces", asegura Leandro Goldfarb, socio del estudio Goldfarb, Habas y Asociados. El abogado cuenta un caso como ejemplo: "Un cliente nuevo viene a consultar por un reclamo de un trabajador que le reclama una suma inmensa y al que, según su relato, le pago todo y le mandó un telegrama de renuncia. Uno de los principios que rigen el derecho laboral es el "In dubio pro operario" (en caso de duda, debe ésta favorecer al trabajador). Terminamos en un acuerdo valido ante la autoridad pertinente. Normalmente no es aconsejable para una empresa solvente ir a un pleito contra un trabajador que tiene derechos exigibles y no bienes registrables".
Por el rubro al que se dedica su empresa, Lais Calil, business manager de Omega Car Rental, está acostumbrada a lidiar con aseguradoras. "Los siniestros son las situaciones más delicadas a las que nos enfrentamos. Tener asesoramiento jurídico constante es clave para garantizar la preservación del patrimonio de la firma y el recupero de los bienes ante la compañía de seguros", cuenta.
Calil, abogada de formación, asegura que la actividad de la firma, dedicada al alquiler de vehículos a personas físicas y jurídicas en la Argentina, con la posibilidad de cruzar la frontera a países limítrofes, requiere de un cuidado legal pormenorizado. "La planificación jurídica tiene un peso muy importante en este negocio y requiere atención y asesoramiento", dice.
La ejecutiva dice que planificar les sirvió para bajar el nivel decontingencias en una actividad llena de eventualidades, en la que se confía un vehículo a un chofer que es ajeno a la empresa. Hoy cuenta con una casa central en el Centro porteño, un headquarter en Parque Patricios, planea abrir otro local en Pilar y lanzar en 2016 una red de franquicias. El poder de anticiparse Al igual que Calil, Alejandro Sabbatini, gerente General de Alfonso Sabbatini, fabricante de productos hidráulicos para el transporte terrestre, también comparte el rol de empresario y abogado. "Esto hace que tengamos clara la necesidad de ser ordenados en el área legal. Estar bien asesorados nos permitió anticiparnos a distintos escenarios".
Alfonso Sabbatini tiene una planta en Ciudadela en la que produce bombas hidráulicas, engranajes, filtros y válvulas. Con 20 empleados, espera cerrar el año con una facturación de entre $ 18 y $ 19 millones. "Profesionalizamos las altas de cuentas corrientes de los clientes y las contrataciones tanto con proveedores estratégicos como con personas claves de la organización que puedan llegar a manejar temas sensibles, de confidencialidad".
Una idea robada o un producto copiado pueden herir a una pyme. La propiedad intelectual es un tema crucial. "Realizamos trámites ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, registrando nuestra marca y dos patentes de invención", agrega Sabbatini.
El tema es más sensible cuando se encuentra un nicho de mercado poco explotado. "Consultamos en torno al registro de la marca, cómo preservar la identidad y cómo evitar oposiciones de terceros que luego compliquen la operación", explica Emiliano Bello, CEO de Autocare Technology. La firma gestiona vehículos corporativos. Atiende las flotas de algunas de las empresas más importantes del país y se ocupa del mantenimiento mecánico, asistencia ante accidentes y venta de unidades. Con una facturación anual de $ 25 millones, abrió una sucursal en México y para 2016 tiene un agresivo plan de expansión regional.
"Tenemos un servicio legal de registro y protección de marca, que nos alerta cuando otros están intentando registrar marcas parecidas", advierte Damián Schulman, director de la consultora informática Seidor Crystalis. La firma inició sus actividades en Buenos Aires con tres personas, hoy tiene 300 empleados y presencia regional. Tienen un grupo de abogados que los asesora. "Los consultamos para revisar contratos, ajustar cláusulas vinculadas a la falta de pago, tipos de cambio y cuestiones laborales, entre otros temas. No todas las consultas empiezan o terminan en conflictos", agrega Schulman. Carga impositiva Un informe publicado en marzo por la Cepal indica que la Argentina tiene la presión tributaria más alta de su historia y sus tasas son las segundas más altas de América latina y el Caribe. Las pymes agropecuarias son algunas de las más afectadas. Al ponerse al día conviene consultar al contador, pero también al abogado. "Hay que buscar asesoramiento acerca de lo que hay que pagar y las tasas que son discutibles, como Seguridad e Higiene", explica Dono.
La composición de las firmas también es problemática. "Muchos se plantean constituir sociedades a efectos de limitar la responsabilidad o afectar patrimonios específicos, pero todas las formas sociales tienen ventajas y desventajas sobre otras. Es central la consulta a un abogado idóneo, para caminar desde cero de forma jurídicamente óptima", explica Goldfarb.
Muchas pymes son empresas familiares con más confianza para pelearse que dos accionistas que pocas veces se vieron. Glikin asegura haber visto de todo: "Conflictos matrimoniales, peleas entre hermanos, entre herederos y hasta denuncias cruzadas de socios, que buscan disolver la sociedad sin asumir los costos. La actitud preventiva es clave".
Muruzeta señala la due diligence, práctica habitual en otros países. "Una especie de chequeo de contingencias, que se realiza semestral o anualmente". Todos coinciden en que no hay que esperar que la sangre llegue al río para actuar y evitar que el negocio tambalee.














