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En los últimos años, tener presencia en Instagram, Facebook o TikTok es un imperativo para pymes y emprendedores. Junto con esta novedad, crecen los interrogantes en un terreno que explotó a gran velocidad y donde todo está por hacerse.
BUSCAR LA RECETA PERFECTA
Los expertos aseguran que al trabajar en redes no hay fórmulas mágicas. Belén García Bello, licenciada en Comunicación Digital y diseñadora gráfica, trabaja en redes desde 2017 y recomienda que cada negocio se centre en sus propias características. "Hay que analizar las estadísticas propias, el público y la competencia, para no ofrecer el mismo contenido y saber qué funciona", explica.
García Bello, que produce contenidos con perspectiva de género desde su cuenta en Instagram @Bebaderedes, cuenta que sus clientes llegan con varios supuestos: que es necesario publicar tres veces por semana, subir cierta cantidad de historias o usar determinada cantidad de hashtags. Sin embargo, explica: "No se puede copiar cosas que les funcionan a otras cuentas, hay que enfocarse en lo que hace cada uno".
Al desembarcar con una marca en redes sociales, no todo es vender. Agustín Salamero Rueda es licenciado en kinesiología y fisiatría y tiene un posgrado en osteopatía. Poco antes de comenzar la pandemia, creó una cuenta en Instagram para dar a conocer sus disciplinas.
"En las redes se trata de empatizar, mostrar un perfil humano, porque cuando un paciente llega a la consulta entrega su cuerpo, lo más preciado que tiene", dice el médico. Actualmente su cuenta @osteopatiasalud está gestionada por una community manager, pero él mismo genera contenidos e invierte unos $ 6000 mensuales en publicidad.
En Twitter, Corralón Ciudadela tiene un perfil propio con 67.000 seguidores: "En las redes nos damos a conocer a personas por fuera de nuestro rubro y zona de influencia; no tenés que ser una empresa cool para trabajar en canales digitales", dice Pablo Gaytan, cara de la marca y encargado de las redes. Y reconoce: "Si bien no puedo cuantificar un aumento real en las ventas, sé que sumamos cuatro clientes de constructoras que son 100% tuiteros."
En estos dos últimos años, el sector inmobiliario fue uno de los que aceleró sus procesos de transformación e innovación digital. Así lo asegura Mariana Leiva, profesora de Marketing Digital Inmobiliario en el Instituto de Capacitación Inmobiliaria (ICI) y la Escuela de Negocios Real Estate (ENRE): "Como profesionales, es fundamental escuchar, acompañarlos en el proceso y orientar hacia herramientas al alcance de sus presupuestos", explica.
La inmobiliaria Di Mitrio es una de las marcas que usa redes sociales para darse a conocer y no solo vender propiedades, sino crear contenidos de valor: "Son una cartelera, bien utilizadas hacen que la audiencia nos conozca desde un lugar distinto al empresarial; detrás de la marca hay personas y emociones", admite Sofía Di Mitrio, a cargo de la estrategia digital. "Si les preguntás a los clientes cómo nos conocieron, te dicen que por las redes, antes te respondían que habían visto los carteles".
LOS SÍ Y LOS NO
Leiva recomienda contratar a un profesional, empresa de marketing digital o capacitar a un integrante de la compañía. García Bello, en tanto, considera primordial recurrir a un diseñador gráfico para crear la identidad y estética de la marca, y también contar con un community manager. Dice que comprometerse con temas de diversidad y perspectiva de género incentiva una respuesta positiva en los usuarios.
García Bello destaca que Facebook, Instagram y Twitter son las más masivas, aunque esto depende de la estrategia de contenidos. Tiktok tiene un gran alcance para el público joven, mientras que LinkedIn suma para mostrarse como marca empleadora. Leiva dice que en el sector inmobiliario suelen trabajar en Facebook, donde están sus clientes ideales: personas de más de 40 años, usuarias de esa plataforma, y también de Instagram, donde suelen migrar.
Para Leiva, la publicidad online es un recurso extendido en el sector inmobiliario y da buenos resultados porque permite medir en tiempo real el alcance y ajustar las campañas. García Bello dice que es una buena manera de llegar a personas nuevas, pero no la única ni la mejor. Y siempre el contenido debe estar pensado para pauta.
