Tras radicarse en Mar del Plata, Mauricio Mochkovsky armaba radios, radios, fabricaba aparatos y hacía la instalación eléctrica en obras de construcción. Pero era el año 1955, Perón había sido derrocado, eran tiempos de inestabilidad y de oportunidades.
Mientras tomaba un café, Mochkovsky vio como varias personas se levantaban para ir a la rocola del lugar, depositaban una moneda y elegían una canción. Eran las rocolas. Demoró dos años en juntar el dinero para comprar tres máquinas rocolas y ponerlas a trabajar en los bares de la zona.
Un tiempo después, alguien le regaló 15 máquinas de pinball que tenía arrumbados en un garage. Mauricio los arregló y junto a su hermano Jorge armó un circuito de locales comerciales.













