El negocio de la salud se encuentra totalmente convulsionado. A falta de un conflicto en alguno de los segmentos que componen este sector, la semana arrancó con dos frentes de batalla, en ambos casos movilizados por discusiones salariales.

En primer lugar, ayer los trabajadores de las droguerías (que distribuyen los medicamentos hacia las farmacias) volvieron a bloquear la salida de camiones desde estos establecimientos, con lo que la provisión de medicamentos se volvió a complicar.

La provisión de medicamentos en las farmacias se complicará si se extiende el conflicto.

El eje del conflicto pasa porque los trabajadores reclaman una mejora del 36% en sus salarios, mientras que desde las empresas ofrecen un 28 por ciento.

Para el lunes 8 de junio estaba previsto un paro, que luego quedó sin efecto tras la intermediación del Ministerio de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria.

Hoy está previsto un encuentro justamente en la cartera laboral, y todavía es incierto si se llegará o no a un acuerdo.

Mientras tanto, y según señalaron a El Cronista fuentes del sector, está previsto que el bloqueo se mantenga hasta tanto no se alcance un punto de encuentro en las negociaciones.

"Esta medida impide el desarrollo de tareas en el interior de las empresas, situación que complica la recepción de mercadería a nuestros proveedores, la toma de pedido a nuestros clientes, la preparación y las entregas a las farmacias, quedando las droguerías absolutamente paralizadas", explicó Darío Díaz, directivo de la Asociación de Distribuidores de Especialidades Médicas (ADEM).

El otro conflicto que se generó engloba a las empresas de medicina prepaga.

Los trabajadores nucleados en el gremio de la Sanidad piden una mejora en sus salarios que supera la barrera del 30% impulsada por el Gobierno el reclamo crecería hasta el 34%, y desde las empresas se insiste en que esta cifra "es imposible en la medida en que no podamos aumentar los precios de nuestras tarifas".

El mes pasado el Gobierno había habilitado a las compañías del sector a subir las cuotas un 6%, muy por debajo del 15% que reclamaban. Ante esto, ahora afirman que no tienen capacidad para hacer frente a los reclamos salariales "sea cual fuera la cifra solicitada".

En medio de esto, incluso, Claudio Belocopitt, titular de Swiss Medican y referente del sector de la medicina privada, envió a sus trabajadores una carta en la que expone la problemática.

"El único recurso que tenemos para hacer frente a esta actualización es el que proviene de las cuotas que pagan nuestros asociados y cuyo incremento debe ser autorizado por el Gobierno Nacional", sostuvo el empresario, dejando en claro que si no suben las tarifas de las prepagas no habrá acuerdo salarial.
Del otro lado, Sanidad resaltó ayer que se exige una mejora salarial por encima del 30%, y que en caso de no obtenerlo "se intensificarán las medidas de fuerza".