

El mercado de Real Estate sigue extrañando los tiempos de revaluaciones récord, ventas aceleradas a inversores ávidos de ladrillos y negocios florecientes para todos. Pero, en vez de quedarse en el lamento por el pasado, trata de poner la mirada en el futuro.
Y, aun con diferentes dosis de optimismo, los participantes del sector coinciden en que el arribo del próximo gobierno (más allá del color político) marcará un cambio de ciclo. Por eso, aunque la foto de hoy no los conforme, piensan en la película.
En su nuevo número especial dedicado íntegramente al real estate que ya está en los kioscos, la revista Apertura analiza el particular momento del sector, que ya tiene la mirada puesta en 2016. "Hay un aumento de la demanda: lo vemos claramente en Nordelta y en Puertos del Lago, en Escobar", afirma Eduardo Costantini, presidente de Consultatio y uno de los referentes del negocio.
"La Argentina está en un ciclo que empieza con el nuevo gobierno y hay una perspectiva de inversión. Ya empiezan a verse señales de actores muy importantes. Inclusive, fondos de inversión interesados en invertir", comparte Carlos de Narváez, presidente de Ribera Desarrollos, que está levantando el complejo Alrío, en Vicente López, con oficinas, viviendas y un futuro shopping.
"De enero a esta fecha, notamos un incremento en las llamadas. Hay inversores que se están posicionando en dólares", se suma Federico Gagliardo, número uno de Vitrium Capital, que desarrolla Pueblo Caamaño, en el kilómetro 46 de Pilar, también con viviendas, oficinas y un centro comercial.
Si bien no se trata de una percepción homogénea en el sector, todos coinciden en que los precios en dólares de las propiedades deberían subir a partir del año próximo. "Los inversores están atentos a las oportunidades que surgen y los desarrolladores, siguiendo el minuto a minuto para encontrar el momento indicado para lanzar los proyectos", sostiene Rodrigo Fernández Prieto, CEO de Intelligent y director de Fernández Prieto & Asociados.
Cuáles son los planes de los principales desarrolladores y qué están haciendo para posicionarse es el eje de la nota de tapa del número especial. Qué niveles de revaluación proyectan y en qué segmentos. Dónde están las oportunidades y cómo evaluar el momento para invertir.
Como complemento, se incluye una guía de inversiones con 70 proyectos para apostar al real estate. Departamentos, oficinas, terrenos y barrios cerrados, clasificados por monto inicial de desembolso.
Pero no es lo único. El número especial dedica parte de su contenido al análisis de los distintos segmentos que componen el negocio, como oficinas, locales, hoteles, shoppings, barrios cerrados y parques industriales. También hay lugar para las inversiones no tradicionales de menor monto (cocheras, camas náuticas, lotes productivos).
En cada caso, se mencionan los últimos proyectos lanzados al mercado, la evolución de precios y las perspectivas del segmento.
En el capítulo internacional, se describe qué está pasando en el Cono Sur. Asunción y Montevideo experimentan un auge inmobiliario, con proyectos de desarrolladores locales en viviendas y oficinas. Las condiciones que ofrecen ambas ciudades, los precios y tipologías.
Además, los últimos lanzamientos en Miami, ciudad que ya dejó atrás la crisis de 2009 y sigue estando entre las preferidas de los inversores argentinos en real estate. En los próximos cinco años, La Florida concentrará proyectos por unos u$s 20.000 millones.
Más allá de los segmentos, Apertura también hace foco en las oportunidades que ofrecen las principales ciudades del interior del país, y analiza lo que está ocurriendo en el mercado de alquiler, la venta de propiedades usadas y los fideicomisos. E incluye una nota sobre el impacto del nuevo Código Civil y Comercial en el negocio de los ladrillos.
Dentro del contenido exclusivo de Bloomberg BusinessWeek, el caso de la máquina perforadora de túneles Bertha, de u$s 80 millones, que se descompuso bajo tierra en Seattle. Y, del Financial Times, un problema auténticamente chino: después de 125 años, China es la mayor economía del mundo. Pero llegó a esa posición por una combinación de gasto en infraestructura y sobreendeudamiento público.














