En esta noticia
Casi dos de cada tres argentinos no están conformes con su salario ni con los beneficios que recibe, según un estudio que releva las tendencias actuales del mercado laboral. A pesar de que la pérdida del poder adquisitivo se moderó frente a años anteriores, la recomposición no alcanzó: la mayoría de los profesionales considera insuficiente lo que percibe y evalúa cambiar de empleo si aparece una propuesta más competitiva. Con costos de vida que siguen altos y ajustes que no siempre llegan a tiempo, el malestar salarial volvió a instalarse como el principal punto de fricción entre empleados y organizaciones.
En ese contexto, la Guía Salarial 2025 elaborada por la consultora Michael Page reúne datos que permiten entender el alcance del fenómeno. El informe muestra que el 62% de los trabajadores está insatisfecho con su salario y paquete de beneficios, un resultado que explica la creciente movilidad laboral y el interés por posiciones mejor remuneradas o con propuestas de valor más amplias.
La consultora describe un escenario en el que muchas empresas realizaron ajustes cada tres o seis meses, pero con un problema persistente: la mayoría de esos aumentos llegó tarde frente al ritmo de los precios. Ese desfasaje terminó erosionando la percepción de justicia interna y dejó a varios sectores por detrás de las expectativas de sus propios equipos.
“Las empresas necesitan fortalecer sus políticas de compensación para que sean percibidas como justas, sostenibles y alineadas con la realidad económica del país. Esto implica avanzar hacia modelos personalizados que integren el salario con beneficios y propuestas de valor más amplias”, explicó Miguel Carugati, Managing Director para Argentina & Uruguay de Michael Page
La vuelta del mérito
Otro dato que se desprende del relevamiento es el peso creciente del desempeño individual dentro del paquete de compensación. Con la inflación más contenida, los bonos por mérito y los incentivos variables recuperaron protagonismo. Según la guía, el 69% de los profesionales prefiere que su reconocimiento laboral se traduzca en una bonificación vinculada directamente a su rendimiento. Esto derivó en esquemas más diferenciados y en una estrategia de retención focalizada en roles críticos, en lugar de aumentos generalizados.
La flexibilidad, en paralelo, dejó de ser un beneficio para convertirse en una condición estructural. Para el 77% de los empleados argentinos, la modalidad híbrida es parte esencial de su compensación, un componente que pesa tanto como el salario a la hora de aceptar o rechazar una oferta. En ese sentido, el informe destaca que el 67% de las empresas ya implementa esquemas híbridos y modelos con días fijos. Así, la reticencia de los colaboradores a volver a la oficina es un freno a al avance de la presencialidad plena.
El desarrollo profesional también aparece como un punto crítico. La mitad de los colaboradores afirma que renunciaría si no encuentra oportunidades de crecimiento dentro de su organización. La demanda de capacitación, movilidad interna y planes de carrera más claros se intensificó, especialmente en un mercado donde aún persisten dificultades para cubrir roles especializados fuera de los principales centros urbanos.
¡Queremos conocerte!
Registrate sin cargo en El Cronista para una experiencia a tu medida.
Más Videos















