

Usualmente, en las organizaciones, las emociones quedan ocultas. De hecho, el concepto está íntimamente relacionado con la idea del desborde, el llanto o el enojo. Sin embargo, el estado de ánimo es un gran sensor del cuerpo y del inconsciente sobre cómo se percibe al entorno.
Eduardo Braun, experto en liderazgo y cultura organizacional destacó la importancia de conocer el estado de ánimo, tanto de los colaboradores, como de un equipo en general: "En lugar de taparlas, las tenemos reconocer, y, luego, identificarlas. Es una forma de saber qué está pasando a nuestro alrededor".
Sin embargo, comentó que hoy en día "está bien visto que se oculten las emociones en el mundo laboral. Hay que mantenerlas encerradas, no hablar sobre lo que pasa. De esta manera se desaprovecha el enorme potencial que tienen las emociones dentro de una organización". Y siguió: "Un individuo es un estado de ánimo y un equipo es un estado de ánimo. Por eso, es tan importante gestionar las emociones, tanto para el resultado positivo como para el negativo".
Por su parte, Santiago Quiroga, licenciado en Recursos Humanos y coach ejecutivo profesional, explicó qué es el potencial: "El potencial es futuro. Son aquellas condiciones o cualidades que uno puede tener. Es una preparación para los desafíos que vienen a futuro. Sin embargo, hay una frase en el mercado laboral que es 'alcanzar el máximo potencial' y no sé si hay un máximo. Es difícil de medir porque, aunque es posible, se pone un límite al crecimiento".













