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La Argentina transita un ciclo que dejó obsoleto todo lo que funcionaba por inercia. La volatilidad, la presión por innovar y la necesidad de ajustar prioridades obligan a repensar cultura, liderazgo y estrategia.

Francisco Scasserra, Sr. Director de Michael Page, definió el año como “muy desafiante para todos los directores y equipos de liderazgo”. Dijo que la adaptación dejó de ser una habilidad diferencial para convertirse en condición básica. “La capacidad de adaptación se puso a prueba para entender el mercado”, afirmó.

El directivo remarcó que ese movimiento exige equilibrar velocidad y criterio. “Tener un equipo que pueda balancear lo urgente con lo importante es fundamental”, sostuvo.

Ese desafío también marcó la transformación de Philip Morris International. Demian Pintos, director general para Argentina y la región, explicó que el rumbo solo se sostiene con visión. “Es muy difícil tener una visión en la Argentina cuando cada período obliga a analizar resultados. Hay que abstraerse del día a día y pensar el largo plazo”, dijo. Afirmó que la innovación fue decisiva: “Hay que recompensar a quienes piensan distinto. No hay que tenerle miedo ni al cambio ni al fracaso”.

Liderazgo social

El liderazgo también se redefine en organizaciones con fuerte impacto social. Cecilia Peluso, CEO de Grupo Limpiolux, recordó que la compañía emplea perfiles con barreras crónicas al empleo. “Para nosotros es fundamental ser un puente para generar una sociedad mejor a través del trabajo genuino”, afirmó.

En turismo, el giro también es estructural. Gustavo Viescas, presidente de Wyndham Hotels & Resorts para Latinoamérica y el Caribe, destacó que el potencial del país es enorme, pero requiere una estrategia nueva. “La oportunidad está por delante, pero hay que dar a conocer mucho más el destino”, señaló. Y marcó que ya no alcanza con competir por precio. “El viajero busca experiencias y conexión con la cultura local. Hay que saber explotarlo”, dijo.