Aunque con fiestas algo más austeras que en años anteriores, las grandes compañías decidieron seguir celebrando como lo hacen habitualmente el fin del año con todos sus empleados. Con precios que en promedio rondan los $ 1500 por persona para los eventos más grandes, los presupuestos no se movieron al mismo ritmo que la inflación. Sin embargo, la mayoría de las empresas optaron por agudizar el ingenio para no perder la tradición de festejar.


"La tendencia es buena. El tema de las elecciones no afectó la decisión de las empresas y la mayoría optó por festejar igual. Incluso estamos haciendo varias megaproducciones para grandes compañías", explicaron desde la productora de eventos Silvia Amarante. "Se está festejando bastante, pero algunas empresas bajaron un poco el perfil y están con celebraciones más o menos austeras. Hay un cuidado razonable. Pero a diferencia de otros años, vemos muy pocas suspensiones", coincidió Martín Vicencio, gerente de Cuentas de Énfasis Motivation Company, firma especializada en eventos corporativos.


Como viene sucediendo desde los últimos años, los festejos corporativos arrancan cada vez más temprano y noviembre pasó a ser el mes con más alta concentración de fiestas por semana. Los lugares de más capacidad y los más solicitados por las grandes compañías como La Rural, Costa Salguero, Tattersal o Golden Center se reservan con un año de anticipación. "Se empieza en noviembre y hay fiestas incluso los miércoles y jueves. Por eso, el cambio del feriado del 27 de noviembre terminó complicando algunos eventos. Diciembre, en cambio, es más corto por las fiestas y este año tiene un feriado puente", precisó Sergio Ventura, de MCI Group.


Para festejos más chicos, las reservas arrancan hasta unos cuatro meses antes del evento. "Los presupuestos más acotados hace que las compañías apelen más a la creatividad. Quizás se reemplaza a las celebrities o a los grandes shows por otras propuestas, como las fiestas temáticas. También por las nuevas generaciones se apela mucho a la tecnología y a las redes sociales, y se pueden mandar filmaciones de la fiesta por Whatsapp o armar un karaoke digital. También hacer un graffitti entre todos los empleados, que después queda en la empresa. O que puedan sacarse fotos con una escenografía editada digitalmente", detalló Willy Wirth, de la empresa de eventos Quan.


Los shows son siempre uno de los rubros que más encarece a las fiestas. Para contar con bandas como Los Auténticos Decadentes, Vilma Palma, Agapornis o los uruguayos Marama y Rombai los grupos "del momento" hay que desembolsar entre $ 200.000 y $ 300.000 por noche.


Entre las propuestas originales se destaca la de un banco que organizó una silent fest (fiesta silenciosa), donde cada asistente tiene auriculares con distintos estilos musicales. Según Wirth, para una empresa un evento para entre 250 y 300 personas puede tener un piso de $ 600.000, incluyendo buenas atracciones y premios. Mientras que las megafiestas, de más de 1000 personas, superan el $ 1 millón. "Claramente, no hay más dinero que el año pasado, porque el presupuesto no necesariamente se ajusta por una inflación de 25% o 30% y hay rubros, como gastronomía, que aumentaron mucho más", advirtió el empresario.


La tendencia de festejar de día, en estancias o quintas con la modalidad de "día de campo", que estuvo muy de moda hace un par de años, está en baja y muchas compañías vuelven a apostar por el festejo nocturno. El factor climático es una de las causas que motivó el cambio. Ahora, las nuevas alternativas en cuanto a lugares pasan por los museos o centros culturales, como el Museo Sívori o el Museo de Arte Decorativo.

"Se ven muchos coctails en museos, con un muy buen servicio. No es algo necesariamente más económico, pero es más breve porque dura unas tres horas", explicaron desde Silvia Amarante. "También vemos que las fiestas son cada vez menos guiadas y se deja un clima más libre para que as personas interactúen entre sí. Se busca generar distintos climas dentro de un mismo evento y la parte formal, como los discursos o los premios a los empleados, se deja para la primera etapa y después hay momentos más de boliche, más de lounge o más tranquilos", concluyeron.