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Las oportunidades abundan. Los recursos naturales de la Argentina están en los ojos del mundo. Sin embargo, quienes podrían crecer, no lo hacen a causa del contexto regulatorio y macroeconómico local. Con esta idea en mente Welber Barral, exfuncionario del actual presidente brasileño, Lula Da Silva, abrió en Buenos Aires una oficina de su consultora legal, con el objetivo de potenciar el comercio bilateral entre su país natal y la Argentina.

En charla con El Cronista, el experto identificó, a su vez, los tres principales frenos que tiene la economía local para despegar.

Justamente experiencia no le falta. Barral fue Secretario de Comercio Exterior de Brasil entre 2007 y 2011 y ahora busca aplicar sus conocimientos para brindar, mediante la filial local de su consultora Barral Parente Pinheiro, soluciones financieras, jurídicas y diplomáticas a empresas de origen brasileño que operan en la Argentina, así como también a compañías locales que buscan ingresar o expandirse en el gigante mercado del país vecino.

Esta apertura "se da en un momento en el que urge encontrar soluciones financieras frente al escenario de restricciones cambiarias, que dieron lugar a impedimentos o retrasos importantes en las condiciones de pago para empresas proveedoras extranjeras y la operación comercial de importadoras locales", explicó Barral quien, en la actualidad, se desempeña como árbitro de la Organización Mundial de Comercio.

En este contexto, Barral ofrece diferentes mecanismos de inversión y garantías para que filiales argentinas puedan seguir comercializando con el exterior y no dependan exclusivamente de los dólares que provee el Banco Central.

"Trabajamos con un banco de Brasil que financia exportadores argentinos. Entonces, el exportador negocia directamente con el banco.El primero envía sus productos a Brasil y recibe el dinero de inmediato por parte del banco, mientras que, el segundo espera entre 90 y 180 días para recuperar su inversión", reveló y aclaró que es un mecanismo muy utilizado a nivel local, donde el crédito es inalcanzable o inexistente, en algunos casos.

Hoy en día ya cuenta con algunos clientes locales y brasileños. En su mayoría se trata de empresas ligadas al sector energético, como el gas, el litio y la energía solar.

De acuerdo con el exfuncionario, existen tres problemas principales en la Argentina: las regulaciones, la inestabilidad macroeconómica -y el acceso al mercado cambiario- y las oportunidades no aprovechadas por la falta de confianza.

"Las regulaciones locales -o el exceso de las mismas- hacen que el comercio bilateral esté trabado. Brasil es un mercado muy llamativo para las empresas argentinas, hay 200 millones de personas para vender productos y servicios", sostuvo Barral. En 2022, la balanza comercial con Brasil cerró con un déficit para la Argentina de u$s 2250 millones, tras dos años de superávit.

De esta manera, aseguró que la Argentina podría exportar mucho más. Sin embargo, reveló que son varios los desafíos a los que se enfrentan los empresarios locales a la hora de ingresar al mercado brasileño.

En primer lugar, destacó que la brecha cambiaria "dificulta que los argentinos apuesten por las exportaciones. Nadie está dispuesto a recibir $ 365 por cada dólar exportado", precisó.

Otra de las dificultades que describió Barral a la hora de ingresar al mercado brasileño es la burocracia: "A pesar de que son varias y muy complejas, es posible solucionarlas. Además, en cantidad, no se comparan con los casi 150 impuestos que hay en la Argentina".

La Argentina, en la mira del mundo

De acuerdo con Barral, hay una gran cantidad de empresas, tanto brasileñas, como de otras partes del mundo, que quieren ingresar al mercado local.

Sin embargo, "están esperando a que se reduzcan las dificultades para poder operar con mayor tranquilidad", explicó. Además, añadió: "Se pierde mucho tiempo trabajando en dificultades burocráticas. A eso se suma el proceso estatal, que es sumamente lento, y que, como consecuencia, provoca que los procesos empresariales se ralenticen".

Sostuvo, además, que los sectores productivos de la Argentina necesitan de inversiones millonarias, que no se recuperan en pocos años, pero que, en un escenario estable y previsible, los empresarios se animarían a hacer.

Por esa razón, expuso que la Argentina necesita "muchas reformas para acelerar la economía". En primer lugar, destacó la necesidad de solucionar la inflación, ya que la pérdida de valor de la moneda es el principal causante de la falta de previsibilidad en el país.

"No existe la previsibilidad, y, justamente, es lo que los fondos buscan. Quieren saber las tasas de riesgo y de retorno, que, a su vez, deben ser competitivas. Se trata de reformas que hay que hacer desde el sector público para incentivar la inversión privada", aclaró.

En segunda instancia, propuso generar regulaciones específicas y sectoriales: "Cada industria debe tener su propia regulación, que sea inamovible y que permita la previsibilidad".

Como consecuencia de la alta volatilidad en la macroeconomía argentina, las empresas extranjeras que operan localmente, también requieren de mecanismos que les permitan resguardarse de la inflación.

Una de las prácticas más utilizadas según Barral es la dolarización de activos junto a una deuda en pesos: "Por un lado, las empresas buscan resguardarse. Entonces, dolarizan sus activos comprando insumos, maquinaria y hasta inmuebles. Por el otro, crean mecanismos de financiación externos en pesos. Esto es, estructuras de garantías en el exterior, para tomar préstamos en pesos".

"Hay empresas de hidrógeno, energía solar, lito y gas interesadas en la Argentina. No obstante, a causa de que la regulación de esos sectores es poco clara, la comercialización se atenúa".

Proyecciones para 2024

Según Barral, el destino de la Argentina en el mediano y largo plazo estará marcado por las oportunidades, mientras que, durante fines de 2023 y principios de 2024 "habrá muchos problemas que resolver".

"El próximo gobierno tendrá muchos problemas inmediatos. Sea quien sea el elegido para ocupar el cargo de presidente de la Nación a partir de diciembre, va a tener que enfrentar la realidad. Es inevitable pensar en una inflación alta para 2024, sumado a una posible devaluación para achicar la brecha entre el dólar oficial y el paralelo", expuso.

Sin embargo, destacó que la Argentina, impulsada por el desarrollo de Vaca Muerta, tiene muchas posibilidades de dinamizar el comercio exterior: "Hay muchas perspectivas de importaciones y exportaciones, siempre y cuando se solucione el acceso a dólares", precisó y destacó que la seguridad que transmita el próximo Gobierno será la clave para ampliar, mantener, o disminuir el comercio exterior.