El sistema de salud argentino está en riesgo: qué dicen sus protagonistas
Las empresas del sector señalan la necesidad de una reconversión que haga más sustentable al ecosistema sanitario argentino
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Argentina es uno de los países con población más envejecida en América Latina y el Caribe y continúa envejeciendo a un ritmo acelerado. En el 2020, la población de 60 años o mayor ascendió al 15,7% del total, representando casi 7,1 millones de personas.
Esta herramienta es la que va a cambiar cómo se brinda la salud en la Argentina
En este sentido, el sector sanitario se enfrenta al desafío de lograr la sustentabilidad de un sistema basado en un tipo de financiamiento solidario, en donde la población activa sustenta a la pasiva.
"Se trata de un sistema diseñado para una pirámide poblacional que hoy ya no existe, por lo que es necesario repensarlo", plantea Andrés Lawson, Fundador y CEO de Osana, Fundador y Presidente de la Cámara Argentina de Salud.
Resulta fundamental replantear nuevas maneras de prestar el mismo servicio de una manera más eficiente, de modo que cada vez más personas sean incluidas, se logre ampliar el acceso y se transicione hacia un modelo de personalización y prevención.
"La situación es extremadamente crítica", opinan desde Adecra (Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina) + Cedim (Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio). En 2018 y 2019, los costos médicos se incrementaron significativamente por la suba del dólar y de la inflación. Luego, en 2020, comenzó la pandemia y, con ésta, el congelamiento de precios de las prestaciones; al mismo tiempo, los prestadores debieron incurrir en mayores gastos para poder prepararse y hacer frente a la pandemia. Ya en 2021 hubo cierta recomposición, pero no alcanzó para compensar el congelamiento de 2020.
¿Es posible un sistema de salud sustentable?
En este escenario, el desafío más importante es el de retener los recursos humanos calificados. "En particular, el personal médico y el de enfermería han quedado muy agotados luego de dos años de trabajo tan arduo, con mucha incertidumbre en torno a descansos y vacaciones, muchas veces alejados de sus familias por prevención al contagio. Esto hizo que hoy muchos decidieran directamente dejar de trabajar en el sector salud", lamentan desde las Cámaras.
Para Nicolás Vaquer, Country Manager de Pfizer Región Argentina, el sistema de salud argentino, al igual que el resto de los sistemas de salud a nivel global, enfrenta el desafío estructural de promover las condiciones más propicias para brindar un acceso equitativo a la atención en salud y a las medicinas que la población necesita. La ciencia y la tecnología están generando avances únicos en los servicios de atención médica y en las opciones terapéuticas para prevenir, tratar y curar enfermedades. "La clave es que esa innovación pueda estar en manos de los pacientes", remarca.
Los aprendizajes que dejó la pandemia
"La pandemia impactó de una forma muy paradójica", dicen en Adecra+Cedim. "Las autoridades sanitarias decretaron un confinamiento absoluto cuando la pandemia aún no había llegado, por lo que los prestadores médicos quedaron, prácticamente, sin pacientes. Esto implicó una merma en la facturación, con una estructura en la que casi el 80% son costos fijos, es decir, costos que, aún sin pacientes, hay que sostener igual".
En 2021 sobrevino la segunda ola. El sistema estuvo trabajando muy al límite, casi al borde del colapso, con retraso de precios. Esto se vio agravado frente al exceso de demanda de medicamentos -fundamentalmente de terapia intensiva-, cuyos precios subieron entre un 400% y un 600%, lo que tensó aún más el estrés financiero de las instituciones médicas.
Como contraparte, "la pandemia ha demostrado que tenemos el potencial para cambiar el paradigma de la salud a nivel global", expresa el responsable de Pfizer. "En este contexto, hemos tenido la oportunidad de generar un trabajo en equipo sin precedentes, uniendo esfuerzos desde todas las perspectivas, junto con actores clave como la academia, los estados, los entes reguladores e incluso otras compañías biofarmacéuticas. Ese trabajo en equipo fue fundamental para que podamos desarrollar, en menos de un año, una vacuna segura y eficaz contra el COVID-19. Hoy contamos con herramientas y una vasta experiencia que, sin dudas, podremos aplicar para futuros retos de salud".
Además, contribuyó a que la comunidad aumentara su conocimiento acerca de la investigación clínica, un área fundamental para que podamos seguir contando con más y mejores opciones terapéuticas. De acuerdo con un estudio reciente desarrollado por la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), hoy 7 de cada 10 personas participarían en investigaciones de este tipo. "Esa perspectiva es fundamental para que podamos seguir potenciando proyectos de innovación, no sólo a nivel global sino también a nivel local", dice Vaquer.
Por último, el avance de la tecnología escaló a un nivel y a una velocidad nunca vista. Si bien la transformación digital era un hecho, la pandemia la aceleró exponencialmente, demostrando su capacidad para desarrollar opciones más personalizadas, acelerar procesos y mejorar los sistemas de atención sanitaria y la experiencia de los pacientes. "El futuro de la industria tiene al paciente en el centro de la escena y entendemos que la innovación y la tecnología serán aliados fundamentales para que podamos seguir acercándoles opciones que mejoren sustancialmente sus vidas", rescata el vocero.
El mejor camino hacia la recuperación
"Después de haber recorrido estos dos años de pandemia, el Estado debería confiar más en el sector privado y coordinar acciones conjuntas para facilitar y potenciar la calidad de atención, tanto en el ámbito público como privado, en lugar de ponerse a competir contra él por los insumos que, en crisis, son escasos", remarcan desde las Cámaras. "Es vital recomponer los aranceles de las prestaciones médicas, ya que de otra manera los recursos humanos se seguirán perdiendo y los medicamentos e insumos serán cada vez más inalcanzables".
"Cuando hablamos de la reconversión del sistema sanitario, hay que pensar en nuevos modelos de financiamiento para la sostenibilidad de los hospitales, como la adopción de un esquema de cuidados basado en el valor", manifiesta Tulio Oliveira, vicepresidente de Johnson & Johnson MedTech Cluster Sur. La colaboración entre instituciones de salud es clave para reducir el desperdicio de recursos y que el ahorro resultante del mismo mejore el acceso y la adopción tecnológica del sistema sanitario, además de impulsar las alianzas público-privadas donde los pacientes finalmente puedan acceder a ambos sistemas.
En este sentido, otro aspecto importante es la reconversión hospitalaria mediante nuevos modelos de financiamiento para la sostenibilidad de los hospitales. "En estos modelos la colaboración ayuda a reducir el desperdicio económico y maximizar el ahorro resultante del mismo, aumentando así los márgenes del sistema sanitario, además de impulsar las alianzas público-privadas donde los pacientes finalmente puedan acceder a ambos sistemas", sostiene el ejecutivo.
En línea con ello, Andrés Lawson dice que estamos frente a un sistema de financiamiento colectivo-solidario donde las personas tienen una expectativa de vida cada vez mayor, "lo que nos enfrenta al desafío de repensar el sistema en vistas de mantener su sustentabilidad financiera, operacional y de gestión de cara al futuro". Por eso mismo, agrega, "resulta fundamental pensar nuevos modelos que den sustentabilidad al futuro de los sistemas de salud, buscando alternativas que incluyan cada vez a más personas, logren ampliar el acceso y estén enfocados en la prevención".
Para el Country Manager de Pfizer, promover iniciativas de acceso a la salud es uno de los principales desafíos de los sistemas de salud de todo el mundo, lo cual tiene una relación directa con los recursos económicos y financieros que se destinan para ello. "El sector tiene por delante la tarea de trabajar en forma colaborativa e inclusiva - es decir, articulando las perspectivas del sector público, el sector privado, la sociedad civil y los pacientes - para identificar y medir el valor e impacto de las tecnologías y medicinas en la vida de las personas y contemplar los múltiples factores en los que impactan - no sólo en cuánto y cómo se vive, sino también en el ahorro que generará en otros recursos sanitarios, como el acceso a las urgencias o intervenciones quirúrgicas - para construir un sistema cada vez más eficiente y permitir que los recursos públicos invertidos en salud redunden en más y mejores beneficios para la población".
Por último, a fin de que la innovación pueda seguir generando más y mejores opciones terapéuticas para las personas con necesidades de salud insatisfechas y, asimismo, para que esas opciones logren llegar a las manos de esas personas, "es fundamental promover las condiciones para el desarrollo científico y tecnológico, generar la infraestructura necesaria y continuar potenciando al capital humano idóneo. A largo plazo, los medicamentos, terapias y tecnologías médicas innovadoras en las que se invirtió, no sólo contribuyen a salvar vidas, sino que también pueden servir para ahorrar recursos y aumentar la productividad de la población", concluye Vaquer.
IV Congreso de Salud
Adecra+Cedim organizará el 24 y 25 de agosto de este año, el IV Congreso de Salud, que será en formato híbrido -presencial con capacidad limitada, en el Hotel Sheraton de Pilar y, en paralelo, con transmisión vía streaming- y reunirá a destacados referentes del área.
Luego de dos años de pandemia, el propósito es retomar este espacio anual de intercambio, donde expertos del sector pondrán en la mesa saberes, experiencias, dilemas y propuestas para repensar posibles salidas sustentables a la crisis sectorial y potenciar la calidad médica.
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