

Desde su implementación en 2020, la Ley de Alquileres en la Argentina provocó graves daños al mercado inmobiliario. Los precios subieron más que la inflación y la oferta de departamentos se reduce cada vez más.
En este sentido, Daniel Lipovetzky, hoy diputado provincial de Buenos Aires y autor de la norma cuando estuvo en el Congreso Nacional, destacó que la normativa obtuvo un amplio consenso en su aprobación, con 191 votos positivos en la cámara baja. "La ley fue diseñada para abordar las preocupaciones de los inquilinos, en particular, la imposición de aumentos por encima de la inflación en los contratos de alquiler", afirmó.
Uno de los aspectos más debatidos de la ley es la congelación de los precios de alquiler y la extensión de los contratos a dos o tres años. En este sentido, Lipovetzky señaló: "Si bien el congelamiento de precios puede beneficiar a los inquilinos al corto plazo, al final, desalienta la oferta de alquileres, ya que los propietarios se enfrentan a fuertes pérdidas en un contexto de alta inflación e incertidumbre política".
El momento en que la ley entró en vigencia, en medio de la pandemia y con medidas como la suspensión de desalojos, generó un contexto desafiante para el mercado inmobiliario argentino. "La normativa no buscaba reducir los precios de los alquileres, sino equilibrar las relaciones entre propietarios e inquilinos", insistió el legislador.
Federico González Rouco, gerente de Créditos y Alquileres del Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC), destacó que la ley tuvo un diseño que, por naturaleza, provocaría aumentos en los precios de alquiler. A su vez, señaló que se eliminó la capacidad de negociación y generó rigidez en los contratos de locación: "La actualización anual obligatoria fue problemática, dada la incertidumbre económica del país en ese momento".
En esta línea, González Rouco resaltó que, en un contexto de brecha cambiaria y volatilidad macroeconómica, la oferta de alquileres permanentes en la Argentina disminuyó. De esta manera, sostuvo que los propietarios buscan alternativas -como el alquiler temporario, que puede pagarse en dólares a causa de la fuerte llegada de turistas extranjeros al país- para evitar costos inviables asociados a tener propiedades vacías.












