

Aunque parezca una actividad automática, la mayoría de las personas no respira de la forma más eficiente. Según la terapeuta física Yamileth Ceballos, "no sabemos respirar" de manera correcta, lo que impide que nuestros pulmones aprovechen su capacidad al máximo.
Un patrón de respiración incorrecto puede manifestarse de diversas maneras, como la respiración bucal, ruidosa, superficial o demasiado rápida que son señales claras de que algo no anda bien. Otros indicadores incluyen el levantamiento de los hombros al inhalar, y el bostezo o suspiro frecuente, que el cuerpo usa para compensar la falta de aire.
Los síntomas de una respiración disfuncional van más allá de lo evidente, afectando la salud de forma integral. Se puede experimentar sensación de falta de aire, opresión en el pecho, mareos, visión borrosa, palpitaciones, manos y pies fríos, y hasta problemas físicos como tensión en hombros, cuello y mandíbula. Este problema puede ser causado por factores físicos y psicológicos, como el estrés, la ansiedad, el asma o problemas cardíacos.
Paso a paso para respirar de manera correcta
Para respirar correctamente el aire debe entrar por la nariz y dirigirse hacia el abdomen, no hacia el pecho. Al inhalar, el diafragma se contrae, el abdomen se expande y los pulmones se llenan completamente, como si fuera un globo. Para tener una referencia visual, solo se necesita observar a un bebé durmiendo: su estómago sube y baja con cada respiración.

La práctica de la respiración diafragmática es clave para dominar la técnica. Cleveland Clinic recomienda el siguiente ejercicio:
Acostarse con las rodillas flexionadas y la cabeza apoyada.
Colocar una mano en la parte superior del pecho y la otra debajo de la caja torácica.
Inhalar lentamente por la nariz, sintiendo cómo el estómago se expande y la mano se eleva, mientras la mano sobre el pecho permanece quieta.
Exhalar lentamente, contrayendo los músculos abdominales para que la mano descienda.
Cuáles son los beneficios de respirar correctamente
Dominar la respiración diafragmática ofrece múltiples beneficios. Ayuda a reducir la demanda de oxígeno y la energía utilizada al respirar, maximizando la capacidad de tus pulmones. Investigaciones han demostrado que esta técnica puede mejorar la función respiratoria en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, y reducir el estrés.
Incluso se ha encontrado evidencia de que puede ayudar a controlar la hipertensión, las migrañas y la ansiedad. Aunque al principio pueda ser un poco difícil, con la práctica se vuelve un hábito.















