No es Rusia | El país donde empezaría la Tercera Guerra Mundial y será por culpa de la crisis económica
Las tensiones crecientes en el ámbito del comercio internacional entre China y Estados Unidos frente a los aranceles de Donald Trump podrían escalar en un conflicto armado. Conoce los detalles.
La tensión comercial entre China y Estados Unidos disparada luego de los aranceles de Donald Trump contra las importaciones del país asiático podría escalar en un conflicto armado que desencadene la Tercera Guerra Mundial.
La economía de ambos países juntos constituye una gran parte de la economía mundial, estimada en el 43%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La posibilidad del estallido de un conflicto bélico entre ambas naciones por el momento se mantiene en el plano de la especulación. Sin embargo, de mantenerse las presiones entre ambos gobiernos, la situación podría generar un desequilibrio e inestabilidad en el orden económico mundial.
Estos motivos podrían desencadenar una Tercera Guerra Mundial
El alcance del impacto de la guerra comercial Estados Unidos contra China en el comercio mundial puede tener un impacto a nivel internacional y afectar las economías y movimientos de inversiones a nivel global.
Si ambos países continúan con sus políticas hostiles a través de políticas restrictivas a la importación de mercaderías esto podría perjudicar las economías de otros países mediante una desaceleración del crecimiento mundial. La inversión mundial podría alterarse por su guerra comercial.
Para el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, el aumento de los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos es injustificado. En su opinión, estas medidas dañarán los mercados globales. Wang Yi también advirtió de una respuesta decisiva si Estados Unidos no cesa su presión económica sobre China.
Entre los efectos indirectos del conflicto de interés entre China y Estados Unidos es su impacto en la economía global que perjudicaría al resto de las naciones aliadas al comercio de ambas potencias. Y la mayoría de los economistas, incluso dentro de China, creen que el impacto será extremadamente negativo.