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Dormir menos de lo necesario no solo genera cansancio: puede alterar la mente y el cuerpo de manera significativa, generando un daño severo similar al que sufre el cuerpo ante el consumo de alcohol.

Así lo advirtió Nuria Roure, psicóloga y especialista en sueño, quien comparó el impacto de dormir cuatro horas con haber consumido una gran cantidad de latas de cervezas. Según la experta, la falta de descanso reduce los reflejos, afecta la memoria y compromete el rendimiento mental y físico.

De esta manera, recordó que el sueño es un proceso biológico esencial para la salud, al mismo nivel que la buena alimentación o el ejercicio.

Ante la creciente tendencia a dormir poco, es importante recordar que la falta de descanso puede causar enfermedades crónicas, alteraciones del ánimo y aumentar el riesgo de accidentes.

Dormir poco tiene el mismo efecto que el alcohol en tu cerebro

De acuerdo con Roure, dormir solo cuatro horas o permanecer despierto más de 20 horas seguidas genera un deterioro cognitivo comparable al consumo de seis cervezas. Esto se traduce en menor capacidad de atención, lentitud mental y peor coordinación, efectos similares a una intoxicación leve por alcohol.

El cuerpo interpreta la falta de descanso como una forma de estrés extremo, lo que provoca aumento del cortisol (la hormona del estrés), alteraciones en la glucosa y debilitamiento del sistema inmune.

Además, el cerebro acumula sustancias tóxicas que solo se eliminan durante el sueño profundo, lo que puede afectar la memoria y la toma de decisiones.

La especialista alertó que incluso una sola noche de sueño insuficiente afecta la concentración y aumenta el riesgo de accidentes laborales o de tránsito. Por eso, descansar adecuadamente no es un lujo, sino una necesidad fisiológica para el funcionamiento del organismo.

Por qué cada vez dormimos menos

El ritmo acelerado de vida y el uso constante del celular han reducido las horas de descanso de millones de personas. Según la especialista, la mayoría de los adultos duerme solo entre cinco y seis horas diarias, muy por debajo de lo recomendado.

La cultura de la productividad también ha reforzado la falsa idea de que dormir poco es señal de éxito, cuando en realidad afecta la memoria, la creatividad y la estabilidad emocional.

Los adolescentes y jóvenes son los más perjudicados, ya que el uso de pantallas y los horarios nocturnos alteran sus ciclos de sueño y su salud mental.

Cómo mantener un sueño saludable

  • Mantén un horario fijo: Acuéstate y despierta siempre a la misma hora, incluso los fines de semana, para mantener regulado tu reloj biológico.
  • Evita cafeína y alcohol: No consumas café, bebidas energéticas ni alcohol desde la tarde, ya que interfieren con la calidad del sueño.
  • Desconéctate una hora antes: Limita el uso de celulares, tablets y computadoras antes de dormir; la luz azul retrasa la producción de melatonina, la hormona del sueño.
  • Crea un ambiente ideal: Procura dormir en una habitación oscura, silenciosa y fresca para favorecer un descanso profundo y reparador.
  • Relaja el cuerpo y la mente: Practica ejercicios de respiración o meditación ligera antes de dormir para reducir el estrés y facilitar el sueño.
  • Haz del descanso una prioridad: Dormir bien no es una pérdida de tiempo, sino una inversión directa en salud, productividad y bienestar a largo plazo.