Por primera vez tras semanas de tensión, el líder ruso Vladimir Putin se refirió públicamente al conflicto con Ucrania y acusó a Occidente de crear deliberadamente un escenario diseñado para llevar al país a la guerra.

"Estamos analizando cuidadosamente la respuesta escrita que recibimos de los Estados Unidos y la OTAN el 26 de enero, pero ya está claro, y le informé al primer ministro sobre esto, que se ignoraron las preocupaciones fundamentales de Rusia", dijo Putin en conferencia de prensa tras un encuentro con el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, el aliado más cercano de Rusia dentro de la Unión Europea.

"Imaginemos que Ucrania es miembro de la OTAN y comienza estas operaciones militares. ¿Debemos entrar en guerra con el bloque de la OTAN? ¿Alguien lo ha pensado? Aparentemente no", dijo. Según Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Rusia podría invadir a Ucrania en el corto plazo, aunque el Kremlin lo ha negado sistemáticamente. No obstante, Rusia amenazó con una "respuesta técnico militar adecuada" a menos que se cumplan sus exigencias de seguridad. Los países occidentales dicen que cualquier invasión acarrearía sanciones económicas sin precedentes para Moscú.

Además, Putin dijo que "a Estados Unidos no le importa tanto la seguridad de Ucrania, (...) su tarea principal es frenar el desarrollo de Rusia", y subrayó que en este contexto "Ucrania es sólo una herramienta para lograr este objetivo". "Esto puede hacerse de diferentes maneras, atrayéndonos a algún tipo de conflicto armado y, con la ayuda de sus aliados en Europa, forzando en nuestra contra la introducción de esas duras sanciones de las que hablan ahora en Estados Unidos", agregó.

En medio de la tensión con Rusia, el presidente ucraniano Volodimyr Zelenskiy firmó un decreto para aumentar las fuerzas armadas en 100.000 -un 40% más que las tropas actuales, que suman 250.000- en los próximos tres años.

Zelenskiy aclaró que la medida no era "porque vayamos a tener pronto una guerra", sino para que "pronto y en el futuro haya paz en Ucrania". Rusia lo supera en gran medida: el país movilizó al menos 100.000 tropas a la frontera ucraniana (aunque las agencias de Estados Unidos y el Reino Unido estiman que podrían ser alrededor de 130.000) y suma 900.000 soldados en total.

El decreto de Seguridad Nacional contempla un aumento del presupuesto para subas salariales y beneficios sociales para los militares. También insta a terminar con la conscripción obligatoria en 2024 y pasar gradualmente a un servicio militar profesional.

Ucrania está especialmente preocupada por la situación en la zona de Donbas, un enclave de los separatistas pro-rusos.

Ucrania también ha estado comprando armas de varios países (excepto Alemania que se mantiene firme en su postura de no exportar) incluyendo los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, entre otros.

Desde 2014, cuando Rusia anexó Crimea, los Estados Unidos le han enviado a Ucrania alrededor de u$s 2700 millones en asistencia. El año pasado, el presidente Joe Biden envió u$s 600 millones en equipo defensivo y en enero autorizó otros u$s 200 millones.

Tras una visita del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, el país anunció el envío de munición de artillería, sistemas portátiles de defensa aérea, morteros livianos y drones para Ucrania. El Reino Unido ya ha enviado 2000 misiles anti tanque de corto alcance, para defensa y está considerando movilizar tropas a Estonia.

Por otra parte, Dinamarca dijo que enviaría una fragata al Mar Báltico y cuatro cazas F-16 a Lituania. España está enviando buques de guerra para unirse a las fuerzas de la OTAN en los mares Negro y Mediterráneo y está considerando enviar cazas a Bulgaria. Los Países Bajos desplegarán dos cazas F-35 en Bulgaria a partir de abril. Francia ha dicho que podría enviar tropas a Rumania.

Mientras tanto, los países están tratando de mantener viva la vía diplomática, al tiempo que tratan de sostener su posición. Este martes, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y su par ruso, Sergei Lavrov mantuvieron una conversación telefónica de media hora en un nuevo intento por desescalar la tensión. Sin embargo, la conversación -que se produjo a un día del cruce entre los Estados Unidos y Rusia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas- no lo logró avances, aunque fue profesional y hasta cándida según le dijeron oficiales estadounidenses a Bloomberg.

Lavrov dijo que Estados Unidos está concentrando sus respuestas en "cuestiones secundarias", al tiempo que rechazaba las exigencias de Moscú de que la OTAN no se expandiera más hacia el este y no despliegue armas ofensivas cerca de las fronteras de Rusia.

Blinken dijo en un comunicado que Estados Unidos está dispuesto a tener un "intercambio sustantivo con Rusia" sobre las preocupaciones de seguridad, pero repitió la demandan de una "desescalada inmediata" en las fronteras de Ucrania.

"Si el presidente Putin realmente no tiene intención de iniciar una guerra o llevar adelante un cambio de régimen, el secretario le dijo al ministro de Relaciones Exteriores Lavrov que, entonces, este es el momento de retirar las tropas y el armamento pesado y entablar una discusión seria que pueda mejorar la seguridad colectiva europea", le contó un funcionario norteamericano a Reuters.

Ambos cancilleres acordaron futuras discusiones una vez que se presente la respuesta de Rusia a las propuestas de Estados Unidos, dijeron las fuentes. Y Rusia enviará sus respuestas sobre las propuestas de seguridad "cuando el presidente [Putin] lo considere necesario", según dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov.

Los primeros ministros del Reino Unido, Boris Johnson, y de los Países Bajos, Mark Rutte, viajaron hoy a Ucrania y se reunirán con Zelenskiy en señal de apoyo. Johnson tendrá mañana una postergada conversación telefónica con Putin, que también habló hoy con el primer ministro italiano Mario Draghi.