Un devastador ataque aéreo perpetrado el martes se cobró la vida de numerosos palestinos en un hospital de la ciudad de Gaza, que se encontraba atestado de pacientes y desplazados, según comunicaron las autoridades sanitarias del asediado enclave. Este incidente, calificado como el más sangriento desde el inicio de una implacable campaña de bombardeos por parte de Israel contra Gaza, se desató en respuesta a un mortífero asalto transfronterizo perpetrado por Hamás contra comunidades del sur de Israel el 7 de octubre. Hamas e Israel se acusan mutuamente de ser los responsables del ataque.

Un alto funcionario de la defensa civil de Gaza informó a la cadena de televisión Al Jazeera que más de 300 personas perecieron a causa del bombardeo en el hospital Al Ahli al Arabi. Asimismo, un representante del Ministerio de Sanidad de Gaza confirmó que al menos 500 personas perdieron la vida o resultaron heridas en este trágico suceso.

Hamás comunicó que la explosión en el hospital mayormente afectó a personas desplazadas, entre las cuales se encontraban pacientes, mujeres y niños. "Hay decenas de cadáveres desmembrados y aplastados, baños de sangre", expresó con pesar Izzat El-Reshiq, un alto cargo de Hamás.
El ejército israelí, por su parte, informó que carecía de información detallada acerca del bombardeo.
Previamente, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) informó que un ataque aéreo israelí había ocasionado la muerte de al menos seis personas en una de sus escuelas, que había sido habilitada como refugio para desplazados.

Las autoridades sanitarias de Gaza sostienen que, en el lapso de 11 días de bombardeos israelíes desde la incursión de militantes de Hamás en ciudades y kibutz israelíes el 7 de octubre, han perdido la vida al menos 3.000 personas, en su mayoría civiles. Esta escalada de violencia se recrudeció tras el anuncio de la visita del presidente estadounidense, Joe Biden, a Israel, programada para el miércoles, con el fin de mostrar su respaldo a la lucha contra Hamás.
Israel ha sometido a amplias áreas de la densamente poblada Gaza a ataques aéreos, ha desplazado de sus viviendas a casi la mitad de los 2,3 millones de gazatíes y ha impuesto un bloqueo total al enclave, lo que ha obstaculizado el suministro de alimentos, combustible y medicamentos.













