PANORAMA

Haití, el país más pobre de Occidente, gobernado por pandillas que secuestran a empresarios

La violencia extrema de las pandillas es una amenaza constante contra políticos, empresarios y la población más pobre de Occidente. Terremotos y huracanes golpean al país tanto como la pandemia de coronavirus.

La pobreza extrema y la crisis política son constantes de Haití en las últimas décadas, y tanto los fenómenos climáticos -terremotos y huracanes- como la pandemia de coronavirus precipitaron la violencia interna en el país caribeño, donde los secuestros están a la orden del día.

Con 11,3 millones de habitantes y una alta densidad poblacional, de 406 habitantes por km2, Haití es el país más pobre del hemisferio occidental: según el Banco Mundial, su PBI en 2020 era de u$s 1147 anuales, a precios constantes.

Apenas un 12% del PBI per capita de Argentina -según la misma fuente (u$s 8400) o una cuadragésima parte de Alemania (u$s 45.000).

Por volumen de PBI, Haití es la economía número 129. En 2020, su deuda pública fue de u$s 3715 millones, con una deuda del 25,13% del PBI. Su deuda per cápita es de u$s 329 por habitante.

En el ranking de Doing Business, que clasifica a los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios, Haití está en el 182º puesto de los 190 que conforman el listado.

Los grupos armados se hacen cada vez más poderosos en Haití por la agitación política, la creciente pobreza y la sensación de impunidad, reportan organizaciones de derechos como el Centro de Análisis e Investigación de Derechos Humanos, sin fines de lucro.

"Revolución" contra empresarios y políticos

Hace dos semanas, el líder de una de las bandas más poderosas de Haití, Jimmy Cherizier, advirtió que iniciaría una "revolución contra las elites empresariales y políticas" del país, lo que se interpretó como el inicio de una nueva escalada de violencia.

De hecho, hace meses que la violencia viene en escalada en la capital, Puerto Príncipe, al  punto que en junio la Organización de Naciones Unidas la calificó de "niveles sin precedentes", ya que los grupos rivales luchan entre sí o con la policía por el control de las calles, desplazando a miles de personas y empeorando la crisis humanitaria.

Cherizier, alias Barbecue, es un exagente de policía que ahora dirige la llamada federación G9 de nueve bandas formada en 2020. Rodeado de miembros de la banda que blandían machetes y pistolas, hizo una declaración a los medios de comunicación locales diciendo que el G9 se había convertido en una fuerza revolucionaria para liberar a Haití de la oposición, el gobierno y la burguesía haitiana.

A su vez, la policía haitiana no está preparada para hacer frente a los miembros de las bandas, que tienen armas cada vez más sofisticadas, financiadas en parte con secuestros. Muchos agentes murieron en enfrentamientos armados en los últimos meses.

La violencia está agravando una crisis humanitaria en un país en el que casi la mitad de la población se enfrenta a una inseguridad alimentaria "muy aguda", según Naciones Unidas, y las infecciones por coronavirus están aumentando.

Y la pandemia,  SIN CAMPAÑA DE VACUNACIÓN

Hasta hace un  mes, Haití era el único país que no había vacunado a ningún habitante contra el Covid-19: aunque la iniciativa Covax les ofreció dosis al gobierno, éste inicialmente declinó la inoculación de AstraZeneca, citando efectos secundarios y temores generalizados en la población. Cuando finalmente acordó recibir las dosis, ya no había disponibilidad por problemas de producción en India y un aumento en la demanda global. Los casos reporrtados no superaban los 20.000 pero el personal sanitario acusaba gran escasez de testeos. 

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