

Estados Unidos deportó a Alemania a un ex miembro polaco de las SS, acusado de complicidad en el asesinato de siete mil judíos cuando ejercía de guardia "voluntario" en el campo de concentración nazi de Trawniki, en Polonia.
Ni Polonia ni Ucrania -país al que pertenece actualmente la ciudad en la que nació Palij- querían acoger a Jakiv Palij, de 95 años, que finalmente llegó hoy a la ciudad alemana de Duesseldorf y fue internado en un geriátrico en la ciudad de Muenster.
El Departamento de Estado norteamericano expresó "su profundo agradecimiento a la República Federal de Alemania por readmitir" a Palij. "Con la admisión de Palij, el gobierno federal envía una señal clara de la responsabilidad moral de Alemania", afirmó un portavoz del Ministerio alemán de Relaciones Exteriores.
Hasta ahora, Alemania había rechazado hacerse cargo de Palij porque éste no poseía la ciudadanía alemana y porque no existía ninguna orden de detención en su contra por asesinato o complicidad en asesinato.
En 1949 Palij emigró a Estados Unidos, se identificó como un campesino y ocultó su pasado en la II Guerra Mundial. Con el fin de avanzar en el genocidio de los judíos en el este de Europa, las SS reclutaron más de 5.000 civiles y prisioneros de guerra "particularmente leales" a los que llamaban "voluntarios". Palij siempre negó una participación activa en crímenes de guerra y sostuvo que su misión era vigilar "puentes y ríos". En 1957 le fue concedida la ciudadanía estadounidense, pero cuando décadas más tarde salió a la luz su pertenencia a las SS nazis, se la retiraron.
Desde el 2005 que EE.UU. quiere expulsarlo, mientras vivía de ayudas sociales en Nueva York, ya que los tribunales estadounidenses no le pueden juzgar por crímenes cometidos durante la II Guerra Mundial que no hayan tenido lugar en su territorio. "Palij mintió acerca de haber sido un nazi y permaneció en EE.UU. durante décadas. La deportación de Palik envía un fuerte mensaje: EE.UU. no tolerará a aquellos que ayudaron en los crímenes nazi y otras violaciones de derechos humanos, no encontrarán refugio seguro en territorio estadounidense", indicó la Casa Blanca.














