

El primer ministro peruano, Aníbal Torres, denunció una reunión "secreta" deun sector del Congreso para "generar un golpe de Estado" a través de diversos mecanismos como "la vacancia presidencial" -mecanismo que derivó en las salidas de Martín Vizcarra y Pedro Pablo Kuczynski- para sacar del gobierno a Pedro Castillo.
"El Congreso está permanentemente buscando allanar el camino a la vacancia mediante la modificación a la Constitución mediante normas inconstitucionales", acusó Torres -el cuarto primer ministro de Castillo en apenas siete meses de gobierno- en conferencia de prensa.
De la reunión secreta, realizada el pasado 9 de febrero, habrían participado varios diputados de la oposición con el fin de "definir la estrategia legal para finiquitar" al presidente Castillo.
"El propósito de los asistentes a la reunión (es el) de crear nuevas causales para vacar, suspender o destituir constitucionalmente al presidente mediante la modificación de la Carta Magna para someterla a su propósito golpista, dándole a esta una apariencia de legalidad", detalla un documento presentado por la ministra de Trabajo, Betssy Chávez.
"Peruanas y peruanos, y también comunidad internacional, están advertidos de este plan que ha sido puesto al descubierto", alertó Torres. "Ahora pretenden urdir en secreto un plan para generar un golpe de Estado mediante la vacancia presidencial, la acusación constitucional, o la renuncia presidencial", agregó.
La Mesa Directiva del Congreso rechazó las acusaciones de Torres, a las que tildó como que ha criticado las "irresponsables" y "amenazantes" y acusó al gobierno peruano de estar llevando a cabo "un plan de desprestigio sistemático de la institución parlamentaria".
Por otra parte, Chávez, presentó una denuncia constitucional contra la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, por haberse reunido con congresistas de la oposición en lo que desde el Gobierno ven como un "plan golpista".
Para Chávez, Alva habría cometido delito por "conspiración para una rebelión, sedición o motín".
El gobierno peruano está debilitado por la crisis: en menos de un año de gobierno, Castillo ya tuvo cuatro primeros ministros, tres cancilleres y dos ministros de Economía.
Según una encuesta de Ipsos, Castillo está atravesando su peor momento de popularidad desde que llegó al Gobierno: 69% de desaprobación, aún más baja que el 45% que tenía cuando asumió, en el medio de una fuerte polarización con Perú Libre.













