La vacuna que está desarrollando la Universidad de Oxford contra el coronavirus en colaboración con AstraZeneca produjo una robusta respuesta inmunológica en ancianos, que son el grupo de mayor riesgo del Covid-19, indicaron hoy dos personas allegadas a este descubrimiento y citadas por el Financial Times.

El hallazgo desencadena anticuerpos protectores y células T en grupos de edad avanzada y es un gran aliento para los investigadores, que buscan pruebas de que evitará un cuadro grave de la enfermedad o la muerte a las personas de la tercera edad que contraigan el virus.

El factor etario es el principal factor de riesgo para un ataque severo de Covid-19. Teniendo en cuenta que el sistema inmunológico se debilita con la edad, esto hace temer que el grupo que más necesita la protección de una vacuna pueda generar la respuesta menos eficaz a la misma.

Según las fuentes, que conocen los resultados de los llamados análisis de sangre de inmunogenicidad realizados a un subconjunto de participantes mayores, los hallazgos se hacen eco de los datos publicados en julio que mostraban que la vacuna generaba "respuestas inmunes robustas" en un grupo de adultos sanos de entre 18 y 55 años.

Los primeros hallazgos mostraron que la vacuna indujo dos formas de respuesta inmunológica humana - generando anticuerpos y células T - durante al menos 56 días, según un análisis publicado en The Lancet.

De todas formas, la nota del Financial Times señala que las pruebas de inmunogenicidad positivas no garantizan que la vacuna resulte finalmente segura y eficaz en las personas mayores. Eso no se sabrá hasta que se hayan analizado los datos completos del ensayo para el grupo etario. Sin embargo, los investigadores se vieron alentados por los últimos avances, cuyos detalles se publicarán en breve en una revista clínica. La Universidad de Oxford se negó a hacer comentarios.

El profesor de virología Jonathan Ball de la Universidad de Nottingham dijo que "si lo que tienen son datos que muestran que la vacuna genera una buena inmunidad, medida en el laboratorio, en el grupo de edad mayor de 55 años, y que también incluye buenas respuestas en personas aún mayores, creo que es una señal prometedora".

Sin embargo advirtió que si bien los buenos datos de inmunogenicidad serían alentadores, "en última instancia, lo crucial es si la vacuna protege contra enfermedad grave y sólo lo sabremos a partir de los ensayos de fase 3".

El reporte indica que hay optimismo en que la vacunación de los grupos prioritarios, como el personal del servicio nacional de salud en la primera línea de la lucha contra el Covid-19, ya pueda ponerse en marcha en enero. Aunque un funcionario restó importancia a ese calendario acelerado, sugiriendo que existían considerables incertidumbres, entre ellas el momento y la solidez de los resultados de los ensayos de la fase 3 y si se podía obtener la aprobación del organismo regulador del Reino Unido, el Organismo Regulador de los Medicamentos y Productos Sanitarios.

El jueves pasado Patrick Vallance, asesor científico del gobierno, dijo en una conferencia de prensa en Downing Street que mientras el desarrollo de la vacuna progresaba bien, "sigo siendo de la opinión de que la posibilidad de una mayor extensión del uso de una vacuna no va a ser hasta la primavera (boreal) del próximo año".

El resultado de los ensayos está siendo seguido de cerca en todo el mundo. Y el brazo estadounidense del estudio Oxford/AstraZeneca recibió el visto bueno para reanudar el viernes, tras haber estado detenido desde el 6 de septiembre después de que un participante desarrollara síntomas neurológicos.