

El presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, dijo que el riesgo de una bancarrota del país está contenido y que no tiene intenciones de dejar el euro, en un discurso repleto de críticas a la unión monetaria de Europa por "experimentar" con el destino de la isla.
El líder conservador habló un día después de la reapertura de los bancos, tras un cierre de casi dos semanas que buscó evitar una fuga de depósitos de los preocupados chipriotas y los extranjeros ricos, mientras el país trataba de conseguir un rescate de la Unión Europea.
La reapertura de los bancos ayer fue finalmente tranquila, con los chipriotas esperando tranquilamente por los 300 euros que se les permitió retirar de sus cuentas.
Anastasiades dijo que las restricciones impuestas a las transacciones bancarias en Chipre, sin antecedentes en el bloque desde que entraron en circulación las monedas y billetes del euro en 2002, se levantarían gradualmente. Pero no ofreció un cronograma.













