Paulo Guedes será el ministro de Haienda del presidente electo de Brasil Jair Bolsonaro, un ultra ortodoxo que como es lógico propone para Brasil un Estado mínimo y eficiente.

Formado en Brasil pero moldeado en la cuna del liberalismo económico moderno, la Universidad de Chicago, donde hizo su maestría y su doctorado, Guedes, de 69 años, es un activo promotor de su credo: apertura económica, reducción de impuestos y simplificación de la estructura fiscal.

Sus ideas y promesas explican por qué la Bolsa de Sao Paulo adhirió con entusiasmo a la candidatura de Bolsonaro.

Tal vez por eso su acercamiento a Bolsonaro, un proteccionista de todas las horas, llamó la atención. Incluso chocó a quienes entienden que el proteccionismo histórico brasileño no entra en el diccionario de ningún liberal ortodoxo. Bolsonaro solucionó el tema con una voltereta: "De verdad, no entiendo de economía", confesó al diario O Globo.

De semblante serio y expresión lindante con la preocupación, Guedes es el hombre al que Bolsonaro espera encomendar la titánica tarea de sacar a Brasil -un mercado de 209 millones de personas- de dos años de recesión y otros dos de bajo crecimiento.

Sus desafíos: reducir el déficit fiscal y revertir la imparable trayectoria de ascenso de la deuda pública, que pasó del 58% del PBI en 2013 a 77,3% en la actualidad, y que sin reformas podría llegar a 140% en 2030, según el Banco Mundial.

Guedes trae una receta de su manual de Chicago bajo el brazo: Reducir la deuda pública en un 20% mediante privatizaciones, concesiones y la venta de propiedades estatales, según indica el programa de Bolsonaro.

El domingo por la noche formuló el proyecto con todas sus letras: se trata, dijo, de "cambiar el modelo económico socialdemócrata", sinónimo de "impuestos altos, intereses altos y poca apertura comercial".