

La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que analiza el manejo de la pandemia por parte del gobierno de Jair Bolsonaro, está complicando cada vez más al presidente brasileño, a un año de las elecciones.
Según dijo un grupo de senadores en base a información de la Casa Civil (el equivalente de Jefatura de Gabinete), el círculo rojo de Bolsonaro habría creado un "Ministerio de Salud paralelo" el año pasado, para definir la estrategia del gobierno brasileño.
El grupo -que integraban el presidente, sus hijos Carlos (concejal) y Flávio (diputado) Bolsonaro; el exministro Osmar Terra; el asesor presidencial Tercio Arnaud; el exsecretario de Comunicación, Fabio Wajngarten; y la médica Nise Yamaguchi- se reunió al menos 24 veces en los Palacios del Planalto y la Alvorada. Bolsonaro estuvo ausente en seis encuentros.
En una de las reuniones se trató, por ejemplo, el tema de la hidroxicloroquina, el antipalúdico que Bolsonaro defiende como un tratamiento contra el Covid-19, aunque no está comprobado. En otros se habló de la vacunación contra el coronavirus y el mecanismo Covax.
Mientras tanto, el país ya superó el trágico hito de 450.000 muertes por coronavirus y si bien la tasa de mortalidad diaria bajó drásticamente (de 4000 a 2000), los contagios están empezando a subir lentamente luego de que se flexibilizaran las restricciones post segunda ola. El promedio móvil de contagios diarios subió alrededor del 10% en el último mes.
Legisladores dicen que el círculo rojo del presidente montó un "Ministerio de Salud paralelo"
Aunque las ciudades están empezando a preocuparse por sistema sanitario, Bolsonaro fue al Supremo Tribunal Federal para tratar de frenar las nuevas cuarentenas que impusieron Pernambuco, Paraná y Rio Grande do Norte. En el interior de San Pablo, otros once municipios también volvieron a decretar el confinamiento.
En un evento, el gobernador paulista Joao Doria, dijo que el presidente "destruyó vidas" al negarse a cerrar y que era un "genocidio".
El Consejo de Secretarios Municipales de Salud de Pernambuco, alertó la semana pasada que el oxígeno ya comienza a escasear en algunas ciudades del interior y tuvieron que derivar pacientes a hospitales más grandes.
En una carta abierta, los distribuidores de oxígeno de Pernambuco advirtieron que hay indicios de que la demanda está llegando a una etapa crítica, y que podría haber una crisis de suministro.
Pfizer le ofreció 70 millones de dosis al gobierno al menos en cuatro ocasiones. No le contestaron
Apenas 14% de las más de 160 millones de personas que podrían recibir la vacuna están inmunizadas con ambas dosis, y los institutos Butantan (San Pablo) y Fiocruz (Rio de Janeiro) suspendieron temporalmente la producción de la Coronavac y la AstraZeneca por falta de insumos. Sumadas, ambas vacunas dan cuenta del 97% de las dosis aplicadas.
En paralelo, la CPI sigue aportando nuevas revelaciones sobre el accionar del gobierno. El director del Instituto Butantan, Dimas Covas, dijo la semana pasada que el gobierno rechazó en octubre de 2020 una oferta por 100 millones de dosis.
El contrato, que fue retrasado por obstáculos políticos y burocráticos según Covas, se cerró en diciembre (por 46 millones) pero ya era tarde para cumplir con los plazos de entrega previstos inicialmente. En febrero se firmó otro contrato por 54 millones de dosis adicionales.
Pero ese no fue el único problema que hubo con la adquisición de vacunas: según Carlos Murillo, exCEO de Pfizer para Brasil, en agosto la empresa le ofreció al Ministerio de Salud70 millones de dosis, pero no obtuvo respuesta.
La empresa repitió la oferta dos veces más antes de que el CEO global de Pfizer le entregara por escrito la propuesta a Bolsonaro, con copia al jefe de gabinete, los ministros de Salud y Economía y el embajador de los Estados Unidos en Brasil. El gobierno nunca respondió. Seis meses después, en pleno caos de la segunda ola, cerró un contrato por 100 millones de dosis.
Por otra parte, el gobierno raramente ha alcanzado la meta oficial de un millones de vacunas diarias, con las que el ministro Paulo Guedes cuenta para reactivar la economía brasileña en el contexto de la pandemia.













