Una investigación científica reveló que la bicicleta fija mejora la calidad de vida de las personas que tienen esta enfermedad

El uso de la bicicleta fija podría ser clave para mejorar la calidad de vida de las personas con una particular enfermedad neurogenerativa, según reveló una investigación científica. 

Este estudio descubrió que los pacientes con Parkinson que realizaban sesiones regulares de ejercicio en bicicleta fija mostraron avances en su movilidad y en la velocidad al caminar. 

La investigación científica reveló que la bicicleta fija mejora la calidad de vida de quienes tienen Parkinson

Una investigación científica presentada en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología sugiere que el uso de la bicicleta fija podría mejorar la calidad de vida de quienes padecen Parkinson.

Dirigida por la investigadora Jennifer Trilk, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur, la investigación observó que los pacientes que realizaban ejercicios regulares en bicicleta fija junto a un cuidador mostraron mejoras notables en su movilidad y velocidad al caminar. 

El estudio se centró en el uso compartido de bicicletas fijas adaptadas, donde los pacientes realizaban el ejercicio acompañado por un cuidador.

Esta metodología no solo fomentó la actividad física, sino que también promovió un lazo emocional entre ambos, creando un ambiente de apoyo mutuo. 

Las mejoras en la coordinación y la movilidad de los participantes resaltan la importancia de la actividad física en el tratamiento del Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente las funciones motoras. 

El ciclismo en tándem como terapia innovadora para el Parkinson

Durante 8 semanas, 9 pacientes junto a sus acompañantes participaron en sesiones de ciclismo virtual que simulaban recorridos al aire libre, generando importantes avances tanto físicos como emocionales. Los resultados del estudio destacaron varios beneficios clave:

• Mejoras físicas: los pacientes lograron avances significativos en la función motora y la movilidad, lo que les permitió enfrentar de manera más efectiva las dificultades cotidianas.

• Apoyo emocional: los cuidadores que participaron en el estudio experimentaron una mayor capacidad de resiliencia emocional, permitiéndoles manejar el estrés de forma más eficaz.

• Importancia del enfoque integral: Trilk subrayó que la inclusión de los cuidadores en este tipo de intervenciones es fundamental, ya que ambos, pacientes y acompañantes, obtienen beneficios tanto físicos como psicológicos.