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Al iniciar su tiempo de descanso en Castel Gandolfo, el papa León XIV sorprendió con un mensaje cargado de significado espiritual.

"Hay algo grande que el Señor quiere hacer en nuestra vida y en la historia de la humanidad, pero son pocos los que se dan cuenta, los que se detienen para acoger el don, los que lo anuncian y lo llevan a los demás", expresó el pontífice, en un llamado a abrir los ojos ante los signos divinos.

Estas palabras resonaron como una invitación a frenar la velocidad de la vida moderna, conectar con lo trascendental y convertirse en portadores activos del mensaje de Dios.

En medio de un mundo marcado por la incertidumbre, León XIV pone el foco en lo esencial: estar atentos al obrar de lo sagrado.

El regreso a una tradición interrumpida por Francisco

Desde el domingo 6 de julio, el papa León XIV se encuentra en las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, donde permanecerá hasta el 20 de julio.

De esta forma, reanuda una tradición histórica interrumpida durante el pontificado de Francisco, quien había elegido permanecer en la Casa Santa Marta, más austera y alejada del protocolo.

Este regreso no solo implica una pausa en la agenda del pontífice, sino una reafirmación del vínculo entre el papado y Castel Gandolfo, localidad que fue residencia de verano de varios papas desde el siglo XVII.

Villa Barberini: el nuevo espacio de descanso del Papa

A diferencia de sus predecesores, León XIV no se alojará en el Palacio Apostólico -hoy transformado en museo- sino en Villa Barberini, una construcción ubicada en los jardines papales.

La residencia fue reacondicionada tras más de una década en desuso: se restauraron interiores y se habilitó la histórica piscina utilizada por Juan Pablo II.

Sin embargo, la seguridad es uno de los aspectos que más preocupa, ya que la villa se encuentra cerca de la carretera y con ventanas expuestas hacia el exterior.

Expectativa en Castel Gandolfo: fe, turismo y esperanza

La comunidad de Castel Gandolfo recibió con entusiasmo el regreso papal. Luego de 12 años sin visitas pontificias, los vecinos celebran la presencia del Santo Padre y confían en que se reimpulse el turismo local, tan importante para la economía de esta pequeña localidad a las afueras de Roma.