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Un análisis exhaustivo resumió medio siglo de investigación sobre la falta de sueño, evidenciando que este problema puede desencadenar cambios emocionales al día siguiente.

La ciencia respalda la idea de que una mala noche de sueño nos hace más propensos a la ansiedad, además de que subraya la importancia de abordar con seriedad los problemas relacionados con el descanso.

La evidencia científica continúa acumulándose, mostrando la estrecha relación entre la privación crónica del sueño y el desarrollo de diferentes enfermedades.

Estado anímico y emocional: ¿cómo se ponen las personas cuando duermen mal?

El dormir mal, ya sea total, parcial o de forma fragmentada, tiene un profundo impacto en nuestro bienestar emocional y psicológico.

Los hallazgos científicos subrayan la importancia de abordar los problemas de sueño como un componente integral de la salud mental y el bienestar psicológico (Fuente: iStock)
Los hallazgos científicos subrayan la importancia de abordar los problemas de sueño como un componente integral de la salud mental y el bienestar psicológico (Fuente: iStock)torwai

Según un artículo de El País, investigaciones recientes, como el metaanálisis llevado a cabo por la Asociación Americana de Psicología, reveló detalles inquietantes sobre esta afección que padecen millones de personas alrededor del mundo:

  • 1. Reducción del estado de ánimo positivo: perder solo una o dos horas de sueño puede provocar una disminución significativa en nuestro estado de ánimo positivo, lo que afecta nuestra capacidad para enfrentar los desafíos diarios con optimismo y energía renovada.

  • 2. Aumento de la ansiedad: la investigación reveló una estrecha relación entre la privación del sueño y niveles más altos de ansiedad.

    La falta de descanso adecuado puede desencadenar un aumento en los sentimientos de preocupación, nerviosismo y tensión, lo que dificulta la gestión efectiva del estrés.

  • 3. Alteración en la conectividad cerebral: los estudios neurocientíficos demostraron que la privación del sueño tiene un impacto significativo en la conectividad cerebral, especialmente entre las regiones que regulan las emociones y aquellas asociadas con la respuesta emocional.

    Esta disrupción puede conducir a una mayor susceptibilidad a los cambios de humor y dificultades para regular nuestras reacciones emocionales.

La relación entre la calidad del sueño y la salud emocional resalta la necesidad de estrategias efectivas para mejorar los hábitos de sueño (Fuente: iStock)
La relación entre la calidad del sueño y la salud emocional resalta la necesidad de estrategias efectivas para mejorar los hábitos de sueño (Fuente: iStock)Damir Khabirov

Joanne Bower, autora principal del estudio, dijo: "Privarnos del sueño parece ser la mejor manera de elegir al peor conductor posible", subrayando así la importancia crítica de abordar adecuadamente los hábitos de sueño para garantizar un funcionamiento emocional óptimo.

  • 1. Impacto en la vida diaria: la privación del sueño no solo influye en nuestro estado emocional, sino que también puede intensificar la sensibilidad emocional y la ansiedad, haciendo que enfrentemos los desafíos cotidianos con una carga emocional más pesada.

  • 2. Riesgo de burnout: los estudios identificaron el sueño insuficiente como uno de los principales predictores del síndrome de desgaste profesional. Hay que priorizar el descanso adecuado para prevenir el agotamiento emocional y mental en entornos laborales exigentes.

Si dormís mal puede que vivas situaciones con una gran carga emocional (Fuente: iStock).
Si dormís mal puede que vivas situaciones con una gran carga emocional (Fuente: iStock).Kiwis

Cómo se ve afectada a largo plazo la salud mental debido a la falta de sueño

La falta de sueño afecta el rendimiento diario y puede tener repercusiones graves en la salud mental a largo plazo, según los resultados de este estudio:

  • Según Joanne Bower, los períodos prolongados de falta de sueño podrían asociarse con una peor salud mental en el futuro.

  • Francesca Cañellas destaca una relación bidireccional entre trastornos del sueño y problemas de salud mental.

  • Es esencial considerar estos datos para implementar acciones que prioricen el descanso, especialmente entre la población adolescente.

  • La psiquiatra enfatiza que los horarios escolares y extraescolares empujan a los jóvenes a un déficit crónico de sueño.
  • La experta insta a invertir en prevención y en promover horarios más racionales.

  • Nuria Roure destaca la importancia de la terapia cognitivo-conductual para abordar el problema de la falta de sueño.

  • Se necesitan terapias no farmacológicas para resolver el problema de raíz y evitar el abuso de medicamentos.

  • Joanne Bower sugiere que el sueño debería ser una prioridad de salud pública, ya que mejora muchos aspectos de la salud y el bienestar físico y mental.