

En una nueva señal de intento diplomático para frenar la guerra en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, mantuvieron este lunes una conversación telefónica de dos horas centrada en la posibilidad de alcanzar un alto el fuego en el conflicto que ya lleva más de dos años de violencia.
El diálogo, el segundo entre ambos mandatarios desde marzo, fue calificado por Putin como "franco, informativo y muy útil", según reportó la agencia rusa RIA Novosti.
Desde Washington, la Casa Blanca había anticipado que el objetivo central del intercambio era avanzar hacia el fin de los combates, una prioridad clave para Trump en su agenda internacional.
Trump y Putin, en busca de un posible acuerdo de paz en Ucrania
Durante la llamada, el presidente ruso aseguró que Moscú está dispuesto a cooperar con Kiev para elaborar un memorando que siente las bases de un eventual tratado de paz. Así lo informó la agencia estatal TASS, que también señaló que Trump habría reconocido que Rusia "favorece una salida pacífica" al conflicto.
No obstante, las declaraciones desde el Kremlin contrastan con los hechos en el terreno: la invasión rusa continúa activa y en las negociaciones recientes, celebradas el viernes en Estambul, Rusia solo envió una delegación de bajo rango, mientras que las partes no lograron consensuar ninguna medida concreta.
Putin también insistió en que para alcanzar una solución duradera es necesario eliminar las "causas profundas del conflicto", una expresión que habitualmente utiliza para referirse a la salida del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, la instauración de un gobierno afín a Moscú y la anexión formal de cinco regiones ucranianas por parte de Rusia.
Trump endurece el tono con Rusia, aunque sin resultados concretos
La presión de Trump para lograr un alto el fuego en Ucrania no dio frutos hasta ahora. Fuentes cercanas a la Casa Blanca afirman que el mandatario se encuentra cada vez más frustrado por la falta de avances.
Primero, mostró su disgusto al recibir a Zelenski en la Oficina Oval con reproches; después, lanzó críticas poco habituales contra el Kremlin, rompiendo con su tradicional cautela hacia Putin.
El republicano utilizó su plataforma Truth Social para expresar su preocupación por la situación en Ucrania. El domingo, anticipó la llamada y deseó que "termine la sangre" y se logre una tregua. También dejó abierta la puerta a sanciones secundarias contra Rusia si no hay señales concretas de voluntad de paz.

En tanto, el canciller alemán Friedrich Merz confirmó que líderes europeos dialogaron previamente con Trump para coordinar posturas antes del contacto con el Kremlin. Tras hablar con Putin, Trump tenía previsto comunicarse con Zelenski y con varios miembros de la OTAN, aunque agencias como Reuters informaron que el presidente estadounidense ya había conversado con su par ucraniano antes del intercambio con Rusia.
Un momento bisagra en la política exterior de Estados Unidos
La llamada se produjo mientras crecen las dudas sobre la viabilidad de una salida negociada al conflicto. Desde su regreso a la presidencia, Trump declaró que poner fin a la guerra en Ucrania es uno de los ejes centrales de su administración, aunque hasta ahora no ha logrado avances concretos ni cambios significativos en el terreno.
Voceros del gobierno admiten que si no se detecta una actitud más proactiva por parte de Moscú, la retórica de la Casa Blanca podría endurecerse, tanto en lo discursivo como en términos de nuevas medidas.

Incluso se baraja la posibilidad de que, si las conversaciones fracasan, Estados Unidos se retire del proceso de paz, un planteo que Trump deslizó junto a aliados como JD Vance. El mensaje es claro: si no hay disposición a negociar en serio, Washington podría reconfigurar su rol en el conflicto.
Segunda llamada en dos meses
La conversación de este lunes se suma al primer contacto entre ambos líderes, realizado el 18 de marzo y que se extendió por dos horas y media. En ese entonces, también se discutió la posibilidad de un alto el fuego, aunque sin resultados inmediatos.
Esta vez, el intercambio se dio mientras Putin realizaba una visita a una escuela de música en Sochi, desde donde atendió el llamado. La elección del lugar no fue casual: busca proyectar normalidad y control interno, incluso mientras la guerra sigue encendida.
Sin avances en Estambul
Mientras tanto, las negociaciones entre las delegaciones ucraniana y rusa en Estambul no llegaron a ningún acuerdo. Fue la primera ronda de conversaciones cara a cara en semanas, pero no hubo consensos ni gestos concretos.
Los próximos días serán clave para saber si esta llamada telefónica entre Trump y Putin representa un cambio real en la dinámica del conflicto, o si se trata solo de otra etapa en el complejo ajedrez geopolítico que define la guerra en Ucrania.













