

La carrera por conquistar el cielo latinoamericano suma un nuevo capítulo. Mientras Santiago de Chile ostenta desde hace una década el rascacielos más alto de la región, un ciudad avanza con un megaproyecto que promete cambiar el mapa arquitectónico del continente.
Se trata de Monterrey, en México, la que será el escenario donde se levantará Torre Rise, un coloso urbano que superará los 475 metros y que ya se perfila como el nuevo ícono de América Latina.
Un salto histórico para la arquitectura de la región
Hasta ahora, la referencia obligada era la Gran Torre Costanera en Santiago, con sus 300 metros de altura. Pero la futura Torre Rise dejará ese récord muy atrás: tendrá 100 pisos, un diseño futurista y una presencia que transformará por completo el skyline regiomontano.
El proyecto, desarrollado por Pozas Arquitectos, forma parte de un plan urbanístico más amplio que apunta a posicionar a Monterrey como capital financiera y tecnológica de la región. En términos de magnitud, será uno de los edificios más altos del hemisferio occidental.

Lejos de ser solo un rascacielos, Rise propone un concepto integral:
- Departamentos premium
- Hoteles de alta categoría
- Oficinas corporativas
- Áreas comerciales
El complejo también contará con un mirador de tres niveles, el SkyDeck 360°, desde donde se podrá observar toda la ciudad y las montañas que rodean al valle.
Además, el edificio tendrá una conexión directa con el Metro de Monterrey, vinculando la zona con el Aeropuerto Internacional y el Estadio BBVA, una de las sedes del Mundial 2026.
Infraestructura inédita y un puente que será atractivo turístico
Uno de los elementos más llamativos es un puente peatonal que atravesará el Río Santa Catarina para conectar la torre con la zona Obispado. A eso se suman mejoras viales y una reorganización del tránsito en los accesos principales, ya que se espera un fuerte crecimiento del movimiento comercial y residencial en la zona.
Más allá del récord de altura, la torre representa un hito económico para México. Se prevé que:
- Genere miles de empleos directos e indirectos durante los próximos años.
- Atraiga empresas multinacionales, especialmente del sector tecnológico e industrial.
- Impulse una ola de inversiones extranjeras, fortaleciendo la competitividad del norte del país.
Expertos en desarrollo urbano aseguran que el edificio será un “antes y después” en la capacidad de México para ejecutar megaproyectos comparables a los de Dubái, Nueva York o Shanghái.












