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Desde hace miles de años, la cúrcuma ocupa un lugar central en la cocina y en la medicina tradicional. Esta especia dorada, derivada de la planta Curcuma longa, no solo aporta sabor y color a los platos, sino que también es una gran aliada para la salud.

El té de cúrcuma se popularizó como una forma sencilla y efectiva de incorporar sus beneficios al día a día. Gracias a sus componentes activos, como la curcumina, esta infusión posee propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y digestivas que pueden ayudar a prevenir y tratar diversas afecciones.

Propiedades de la cúrcuma

La cúrcuma pertenece a la familia del jengibre y se caracteriza por su color amarillo intenso, aroma terroso y sabor ligeramente picante.

Su principal componente activo, la curcumina, es responsable de la mayoría de sus efectos terapéuticos. Este compuesto no solo combate los radicales libres gracias a su acción antioxidante, sino que también actúa como un potente antiinflamatorio natural.

Además, contiene aceites esenciales como el zingibereno, polisacáridos beneficiosos, y minerales como hierro y potasio. La curcumina estimula la producción de bilis, mejora la digestión de las grasas y contribuye al correcto funcionamiento hepático.

Beneficios del té de cúrcuma para la salud

Beber esta infusión puede aportar múltiples beneficios al organismo. Algunos de los más destacados son:

  • Alivio de la artritis y otras inflamaciones crónicas: la curcumina puede reducir los síntomas de afecciones como la artritis reumatoide, el colon irritable o la enfermedad de Crohn.
  • Refuerzo del sistema inmune: actúa como modulador inmunológico, ayudando a proteger el cuerpo frente a virus, bacterias y procesos degenerativos.
  • Protección cardiovascular: contribuye a reducir el colesterol, evitar el estrechamiento de las arterias y prevenir enfermedades cardíacas.
  • Prevención del cáncer: la curcumina puede inhibir el crecimiento de células tumorales y favorecer la muerte celular programada en varios tipos de cáncer.
  • Mejora de la digestión: estimula la secreción de bilis y ayuda a aliviar problemas digestivos como gases o hinchazón.
  • Beneficios neurológicos: puede prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, al reducir la inflamación cerebral y el estrés oxidativo.
  • Apoyo en enfermedades hepáticas y respiratorias: protege el hígado frente a toxinas y favorece el tratamiento de afecciones pulmonares como el asma o la EPOC.
  • Control de la diabetes y apoyo al metabolismo: ayuda a regular la glucosa en sangre y favorece la pérdida de peso en personas con trastornos metabólicos.

¿Cómo preparar el té de cúrcuma?

Preparar té de cúrcuma es muy simple y permite personalizar la receta según gustos y necesidades. Una opción básica es la siguiente:

Ingredientes:

Almaje

  • 1 taza de agua o leche (animal o vegetal)
  • 1 cucharadita de cúrcuma en polvo o cúrcuma fresca rallada
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra (mejora la absorción de la curcumina)
  • 1 cucharadita de canela
  • 1 cucharada de miel (opcional)
  • Preparación:

    • Calentar el líquido elegido hasta que hierva.
    • Agregar todos los ingredientes y dejar hervir a fuego lento entre 10 y 15 minutos.
    • Colar si es necesario y dejar reposar antes de beber.
    • También se pueden añadir ingredientes como jengibre, limón, aceite de coco o cardamomo para potenciar el sabor y los efectos terapéuticos.

    ¿Cómo incluir la cúrcuma a la dieta?

    Además del té, la cúrcuma puede incorporarse a la dieta de diversas formas. Puede usarse como condimento en arroces, sopas, guisos, batidos o aderezos. También se encuentra en cápsulas o extractos como suplemento alimenticio, aunque en ese formato es importante seguir las indicaciones médicas.

    Se recomienda consumirla junto a grasas saludables, como el aceite de oliva o la palta y pimienta negra, ya que estos componentes aumentan significativamente la biodisponibilidad de la curcumina.