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En los últimos meses, el Sol mostró una actividad inusualmente intensa, con múltiples tormentas solares que impactaron directamente en la Tierra. Estos fenómenos pueden alterar el campo magnético del planeta y provocar consecuencias cada vez más graves.

Ante este escenario, la NASA anunció el lanzamiento de una ambiciosa misión espacial sin precedentes. El objetivo es investigar en detalle los procesos que ocurren en el escudo magnético de la Tierra y anticipar mejor los efectos del clima espacial.

¿Qué son las tormentas solares?

El Sol es una esfera de plasma en constante movimiento, con un comportamiento magnético complejo. Su ecuador gira más rápido que los polos, lo que genera una red caótica de campos magnéticos que se estiran, retuercen y, finalmente, se rompen. Este fenómeno, conocido como reconexión magnética, es el disparador principal de las tormentas solares.

Una tormenta solar ocurre cuando el Sol libera repentinamente una gran cantidad de energía, partículas cargadas y campos magnéticos al espacio. Si este material llega a la Tierra, puede afectar directamente la magnetosfera, la capa protectora que rodea al planeta y lo defiende de las agresiones del entorno espacial.

Consecuencias en la Tierra

Cuando una tormenta solar golpea la magnetosfera, puede desencadenar una tormenta geomagnética, es decir, una alteración significativa del campo magnético terrestre. Las consecuencias van desde interrupciones en las comunicaciones por radio y GPS hasta apagones eléctricos masivos y fallas en satélites. En algunos casos, también pueden observarse auroras boreales.

Sin embargo, la NASA aclara que estos eventos no representan un peligro directo para los seres humanos en la superficie, ya que tanto el campo magnético como la atmósfera terrestre actúan como escudos naturales.

TRACERS: la nueva misión de la NASA

Para entender mejor estos fenómenos, la NASA lanzó el 22 de julio de 2025 la misión TRACERS, que estudiará la reconexión magnética en la región polar del hemisferio norte. Allí se producen aperturas en el campo magnético que permiten la entrada de partículas solares a la atmósfera.

La misión, desarrollada junto con la Universidad de Iowa y lanzada a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, colocó en órbita dos satélites gemelos del tamaño de una lavadora. Estos dispositivos volarán a más de 25.000 km/h a unos 580 kilómetros de altura, atravesando la cúspide polar varias veces al día.

Los instrumentos a bordo de TRACERS registrarán con altísima precisión las variaciones del plasma y del campo magnético en la cúspide, la zona donde se concentran las interacciones solares más intensas. Se espera que los satélites detecten hasta 3000 eventos por año, lo que permitirá construir un mapa detallado del comportamiento del escudo magnético de la Tierra.

Con esta información, los científicos esperan mejorar los sistemas de alerta temprana frente a tormentas solares y, a largo plazo, diseñar mejores tecnologías para proteger infraestructuras críticas y futuras misiones espaciales.