

Desde hace algunos días, trascendió que la patada inicial de la Copa del Mundo de la FIFA 2014 iba a ser dada por un hincha parapléjico que, ayudado por un exoesqueleto, sería el encargado de inaugurar el certamen.
Sin embargo, pese a la expectativa generada, a la hora de la verdad, el jefe de cámara se comió el momento en el que el joven pateó el balón y apenas llegó a “mostrarlo” cuando recibía los saludos de las personas que los acompañaban.
El exoesqueleto, controlado por las actividades cerebrales del paciente, pesa más de 70 kilos, mide 1.78 metros y posee una batería que le otorga una autonomía de movimiento que se prolonga por dos horas.
El paciente, a su vez también recibe señales sensoriales provenientes de la máquina.













