Después de una luna de miel de cuatro años, Fuerza Sindical, la segunda mayor central sindical del país, dió muestras ayer de que su relación con el gobierno federal será otra bajo Dilma Rousseff. En una nota firmada por el presidente de la entidad, Paulo Pereira da Silva, Paulinho, también líder del PDT en la Cámara de diputados, Fuerza Sindical se opone a la idea del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de mantener el reajuste del salario mínimo en R$ 540 a partir de enero, recomponiendo apenas la inflación de este año. Las centrales, en general, están en contra del reajuste sin una ganacia real, pero Fuerza subió el tono en la defensa de un valor mayor.

"Al final de su mandato, el presidente Lula parece querer que nos olvidemos de que sus ocho años de gobierno estuvieron orientados al enfrentamiento de las desigualdades sociales", abre la nota, que critica también a los "insensibles tecnócratas, todavía enraizados en el área económica", e "insisten en dar un ínfimo aumento" al salario mínimo.

Al final, Paulinho afirma que enviará a la Cámara, reformas al Decreto (Medida Provisoria) del salario mínimo - que el gobierno publicaría antes de este fin de semana - elevando el salario mínimo a R$ 580 y el reajuste de 10% para los jubilados que reciben beneficios superiores al piso. Valor ya había anticipado, el 14 de octubre, que Paulinho utilizaría su condición de diputado federal (nacional) para presentar un proyecto de ley o reformas a la Medida, si el gobierno continuaba impulsando la propuesta de reajuste por la inflación del salario mínimo.

Al proponer un reajuste del 5,5% en el salario mínimo, el gobierno sigue a rajatabla el acuerdo cerrado entre el presidente Lula y las seis mayores centrales del país - CUT, Fuerza Sindical, UGT, CTB, NCST y CGTB – a fines de 2006. Según este acuerdo, el reajuste anual del salario mínimo debe contener la inflación del año anterior más la variación del Produto Bruto Interno (PBI) de dos años antes. El fuerte crecimiento de la economía em 2007 y 2008 - 6,1% e 5,2%, respectivamente - garantizó elevados reajustes en 2009 y 2010. Mientras que la caída de 0,6% registrada por el PBI de 2009 hizo con que el gobierno, en la Ley de Diretrices Presupuestarias para 2011, haya propuesto el reajuste sólo por la inflación.

En la nota, Paulinho señala que la política de valorización del salario mínimo "tuvo un fuerte impacto en los índices record de aprobación del presidente Lula". Al proponer un reajuste de R$ 580, Paulinho supera incluso los R$ 560 defendidos por el Ministro de Trabajo, Carlos Lupi, en una entrevista al diario "Folha de Sao Paulo" del sábado. Lupi, que se inscribe en el esapcio del partido de Paulinho, el PDT, en el ministerio, fue confirmado en su cargo la semana pasada, por Dilma, en un gesto que fue mal recibido por los dirigentes de la CUT, vinculada al PT.

Creada para rivalizar con la CUT, en 1991, Fuerza Sindical fue la única central en apoyar el gobierno de Fernando Collor, quien venció a Lula en las elecciones de 1989. Paulinho llegó a ser candidato a vicepresidente en la fórmula de Ciro Gomes, entonces por el PPS, en las elecciones de 2002; y declaró públicamente su apoyo al candidato Geraldo Alckmin (PSDB) en la campaña de 2006. Recién a partir de 2007, al inicio del segundo mandato de Lula hubo una acercamiento entre Paulinho, y en consecuencia de Fuerza Sindical, con el gobierno Lula. Desde 2008, cuando el gobierno autorizó la transferencia del impuesto sindical a las centrales – por lo cual Fuerza Sindical recibió, en 2008 y 2009, R$ 40,2 millones, cifra algo menor que los R$ 50,3 millones de la CUT - el apoyo de Paulinho a las iniciativas del gobierno fue explícito.

João Villaverde | Valor