

La Fed mantuvo intactas las tasas de interés en una banda del 1% al 1,25%, aunque indicó que está lista para empezar a desprenderse de los activos que fue adquiriendo durante la crisis financiera que sirvieron para sostener a la economía y la inflación. El plan es que el proceso de venta de bonos (la Fed actualmente tiene u$s 4,5 billones en su balance) arranque "relativamente pronto", lo que el mercado interpreta que será en septiembre.
Tras llevar los fondos federales a cerca de cero para combatir la crisis financiera 2007-2009 y la recesión, el banco central inyectó más de u$s 3 billones a la economía a través de la compra de bonos para reducir aún más las tasas de interés. Reducir el balance revertiría una de las herramientas más controvertidas de la Fed, que acarreó críticas de legisladores republicanos.
Además, el mercado estuvo atento a los comentarios relacionados con la inflación, que aún no logra acelerar y será el driver que determinará la agresividad con la que actuará la Fed de ahora en adelante. Las propias proyecciones de junio de la Fed mostraron que la mayoría de sus miembros espera un nuevo aumento de los intereses este año y tres más en 2018 y 2019. Pero varios analistas dijeron en las últimas semanas tener muchas dudas acerca de que la Fed siga adelante con ese plan y disponga un tercer aumento este año.
A su vez, La Fed considera que la economía puede afrontar el actual proceso de retirada de estímulos monetarios. Este viernes se publica la primera lectura del crecimiento en el segundo trimestre, que se espera repunte del 1,4% en el arranque del año al 2,5%.
En cuanto al mercado laboral, señala que se refuerza. El paro está en el 4,4%, tras registrarse 220.000 nuevos ocupados en junio. La Reserva Federal se ha mostrado cauta ante la incertidumbre sobre la economía americana, sobre todo porque las promesas de campaña del presidente Donald Trump no parece avanzar y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de recortar la previsión de crecimiento de Estados Unidos al 2,1%.
En este contexto y en un escenario de pleno debate sobre la suba de tasas, los distintos analistas y operadores de Wall Street han venido alertando sobre los próximos movimientos de la Fed respecto de la suba de tasas y su impacto en la economía norteamericana.
El fondo de inversión BlackRock ve un escenario de tasas bajas por más tiempo sin importar quién se convierta en la próxima presidencia de la Fed. "Cualquiera que sea nombrado como próximo presidente de la Fed verá necesario mantener las tasas bajas durante mucho tiempo", según el jefe de inversiones BlackRock de renta fija global.
En la misma línea, el mediático experto en bonos Bill Gross ha dicho que Fed y otros bancos centrales deben tener cuidado al subir las tasas de interés, advirtiendo sobre el daño que pueden causar a una economía global endeudada.
Gross, gerente de fondos de Janus Henderson Advisors, dijo que el curso de los bancos centrales globales hacia una política de ajuste podría ser peligroso para la recuperación económica. "Aumentar las tasas de interés aumentará el costo de la deuda a corto plazo que las corporaciones y los individuos poseen". Finalmente, Bill Gross ha sostenido que "las economías domésticas y globales hoy en día altamente apalancadas se han regocijado con las políticas monetarias laxas de los últimos años. Los banqueros centrales y, de hecho, los inversores deben enfrentar un escenario de suba de tasas con cautela".
La Fed, de todos modos, ha sostenido que el proceso de normalización monetaria ser gradual y llevada en el tiempo en un periodo considerable, sobre todo contemplando que la inflación no repunta y que el pleno empleo no se encuentra generando una presión alcista considerable en los salarios.













