El lunes 6 de febrero de 1989, José Luis Machinea, entonces titular del BCRA, dejó de vender dólares en la plaza dando el puntapié inicial a un proceso que derivó en la primera hiperinflación de la Argentina. El Plan Primavera caía en pleno verano. Ya habían surgido inventos argentinos como tipos de cambio desdoblados, la obligación a bancos a darle al BCRA los depósitos que no prestaban y un festival de deuda del Tesoro Nacional. Otro verano caliente en lo cambiario fue el del 2001, quizás el de mayor temperatura por el daño provocado en ahorristas. El “corralito” se lanzó a principios de diciembre, pero todo el verano fue un calvario para el pequeño inversor. Más recientemente, la disparada del dólar en la gestión de Mauricio Macri se dio en enero, febrero y marzo del 2018, cuando el cóctel letal de déficit fiscal, caída en cosecha, tensión en países emergentes y el festival de Lebac dieron pie al pedido de asistencia al FMI.

¿Qué pasa hoy? Las expectativas del mercado son de un verano en absoluta calma, con los contratos en A3 Mercados para el dólar a fin de marzo pactados a $ 1557. El retoque del ajuste a las bandas de flotación no tuvo impacto en las expectativas de los agentes financieros. Sí lo tuvo el anuncio de Santiago Bausili de comenzar con la acumulación de dólares para reservas en la medida que vaya aumentando la demanda de pesos del sistema. El titular del BCRA aportó lo que el mercado estaba solicitando a gritos para impulsar una caída adicional del riesgo país. Es que este indicador se mueve en función de la capacidad de pago de la deuda en dólares de la Argentina, y un incremento de las reservas del BCRA calma la sed de los analistas e inversores.

“El dólar operó relativamente estable en $ 1450 en el Mercado Libre de Cambios, pero el MEP en $ 1507 y el “contado con liqui” en $ 1554. El canje entre MEP y cable sigue muy alto en 3% y creemos que esto se debe a la gran cantidad de emisiones de ON y provinciales ley NYC que hubo, los cuales se pagaban con dólares cables, por lo cual se fueron muchos del mercado, lo que genera esta escasez que hace que valga 3% más que el MEP”, destacó al cierre Nicolas Cappella (IEB) en la red social X.

Las miradas del mercado se centran en el Congreso con el tratamiento del Presupuesto 2026 que habilita la emisión de deuda en dólares bajo ley internacional y que dará pie a una emisión de la Argentina en enero o febrero. En el debate ayer el diputado por Misiones Diego Hartfield, que luego de ser tenista se dedicó a las finanzas, destacó que “este presupuesto intenta dar previsibilidad y orden fiscal. Nos autolimitamos para no gastar más de lo que se recauda, que no exista la emisión monetaria (para financiar al fisco) y que de esa manera haya cierta previsibilidad para que los mercados financieros y de trabajo sigan apostando por la Argentina. Hace una semana, luego de mucho esfuerzo, los bonos pudieron subir de precio y tener hoy rendimientos de un dígito, Argentina volvió al mercado de crédito en dólares local y muy probablemente volvamos al crédito internacional en dólares. Todo este tiempo estuvimos comprando reservas, pero no las podíamos acumular porque teníamos que pagar la deuda. En enero vamos poder rollear vencimientos de deuda y así poder acumular las reservas que necesitamos para darle respaldo a la moneda y seguir bajando la inflación”, detalló en el debate.

Las perspectivas de cosechas de trigo y soja son alentadoras, siempre claves para las expectativas cambiarias. Pero mes a mes ganan espacio las exportaciones de petróleo y gas, reduciendo esa dependencia del dólar con la cosecha. verano calmo a la vista. Tener prudencia fiscal y monetaria paga.