

El economista Matías Tombolini consideró que tanto las trabas que le impuso el Central la semana pasada a la venta de dólares para los importadores como los nuevos mecanismos con los que la entidad busca impulsar los plazos fijos en moneda extranjera muestran que “las reservas aún le preocupan al Gobierno” y “estar mejor preparado ante alguna corrida cambiaria”.
Se hace esto para estar mejor preparado ante alguna corrida bancaria.
— Matias Tombolini (@matiastombolini)
A través de su cuenta de Twitter, Tombolini consideró, asimismo, que la última medida del Central –de subir la tasa de las Letras (Lebacs) en dólares pero exigiendo a cambio que los bancos paguen una mayor tasa por los plazos fijos en dólares- “es casi un reconocimiento de que no pudieron torcerle el brazo a la -mala - tradición argentina de ahorrar en moneda extranjera”.
Con las mejoras en las tasas de los plazos fijos en dólares (a un mes, suben de 2,25% a 2,45% anual), el Gobierno busca que parte de las ventas de dólar ahorro queden en el sistema bancario. Junto con la suba de tasas de Lebacs y plazos, el Central también aumentó el “spread” con el que se pueden quedar los bancos, de manera de estimularlos a comprar Lebacs y colocar plazos fijos en moneda extranjera.
Todo eso, según Tombolini, tiene una “trampita contable” que beneficia las cuentas de la entidad monetaria ya que “los bancos deben dejar depositados en el Banco Central una proporción elevada de sus depósitos en dólares”.
“El dato relevante es que esos depósitos inmovilizados en el Central se cuentan como reservas”, apuntó.













