

Con mucho recelo sindical, los bancos locales avanzan en el modelo de corresponsalías bancarias, una nueva forma de atención al cliente por fuera de las sucursales que sirvió para extender el alcance de las entidades en países como Colombia.
La semana pasada, el Banco Santander anunció un acuerdo con la cadena Rapipago, por el que sumará 4000 puntos de atención en todo el país. Según detalló la entidad en un comunicado, a partir de agosto, esta alianza le permitirá a los clientes del banco de origen español realizar operaciones en todos los locales de Rapipago de todo el país, "en un horario más amplio (de lunes a viernes en horario ampliado y también en sábados) y en mayor cantidad de oficinas. Además, los beneficiarios de planes sociales o jubilaciones podrán realizar el cobro de sus beneficios, presentando su DNI y tarjeta de débito".
Aunque parezca aislada, la apuesta del Santander no es la única, luego de que en noviembre del año pasado, el BCRA reglamentara la posibilidad de "delegar en agencias complementarias de servicios financieros la atención de sus clientes y público en general en el país con personal y/o recursos técnicos propios de la agencia complementaria".
Según pudo saber este diario, la casa de cambio mendocina Montemar hizo un acuerdo con Western Union para que sus clientes puedan realizar compra y venta de dólares en las sucursales de la remesadora. Por su parte, el Grupo Petersen, dueño del Banco Santa Fe; Banco Entre Ríos; Banco San Juan; Banco Santa Cruz avanzó con la cadena Plus Pagos, para sumar esas bocas de operaciones.
Consultados por El Cronista, en Banco Macro por ejemplo dijeron que evalúan el tema aunque no dieron mayores precisiones.
Mientras tanto, toma fuerza el rumor de una alianza entre el Correo Argentino y el Banco Nación para hacer lo propio.
La cautela de las entidades tiene una clara razón: el avance de este modelo de atención por fuera de la estructura bancaria tradicional genera rechazo gremial. En diálogo con El Cronista, Eduardo Berrozpe, secretario de prensa de La Bancaria, afirmó: "Es una desregulación que atenta contra los usuarios, en términos de seguridad física y posibles casos de lavado de dinero, los derechos laborales de nuestros trabajadores y el propio sistema financiero".
Berrozpe afirmó que la agrupación que representa elevó sus dudas a las autoridades del Banco Central "pero no fueron escuchadas". "Todas estas regulaciones deben ser revisadas, y son fruto de la irresponsabilidad general de las autoridades actuales del Banco Central que representan intereses que no son los del país", dijo y enfatizó: "Donde sea que se hagan operaciones bancarias, hablamos de un empleado bancario. Y eso no puede no ser tenido en cuenta".













