

Este estudio podría ser considerado bastante subversivo, por lo menos desde el punto de vista tradicional de la contabilidad empresarial. Porque según sus autores, con solo analizar las memorias anuales (o trimestrales) alcanzaría para saber lo que puede llegar a pasar con una empresa, y eso sin necesidad de revisar balances ni resultados.
Según los especialistas, casi todas las malas noticias dadas a conocer de manera oficial por una compañía ya habían sido sutilmente insinuadas en los informes publicados con varios meses de anticipación, ya sea advertencias de resultados, caídas en la rentabilidad, o incluso declaraciones de bancarrota.
Por eso, quien sea capaz de leer correctamente entre líneas en las memorias, podrá encontrar toda la información sobre lo que le espera a la empresa para el corto y mediano plazo, según el informe, cuyo sugestivo título es "Lazy Prices", realizado por Lauren Cohen, Christopher Malloy y Quoc Nguyen, de las universidades de Harvard e Illinois.
Los expertos se tomaron el trabajo de revisar 20 años de informes anuales de todas las compañías que cotizan en Wall Street (en el período 1995-2014), sin tener en cuenta los cuadros de resultados y solo la información corporativa general, la carta del CEO, el informe de auditoría y la información de la junta, todo lo que está disponible como complemento de los datos financieros para los accionistas y las autoridades. Y que generalmente los analistas suelen dejar de lado.
BIG DATA
Para ello, desarrollaron un sofisticado software que les permitió evaluar millones de datos de dos décadas, en miles de empresas al mismo tiempo. Un trabajo que antes de la llegada del big data hubiera sido imposible de realizar.
"Utilizando el historial completo de informes trimestrales y anuales regulares por parte de las compañías estadounidenses entre 1995-2014, mostramos que cuando las empresas realizan un cambio activo en sus prácticas de información, esto transmite una señal importante sobre futuras operaciones de la firma. Los cambios en el léxico y en la elaboración de los informes financieros también tienen fuertes implicancias para los rendimientos futuros de las empresas", comienzan explicando los autores.
Según ellos, hay que prestarle especial atención a cómo cambia la manera de comunicar de parte de los asistentes de los principales ejecutivos de cada empresa (ya sea el CEO o el CFO) en todo lo que tenga que ver con litigios judiciales, o factores de riesgo.
"Mostramos que los cambios en los formularios '10-K' (un tipo de informe exigido a las empresas cotizantes por parte de la Securities and Exchange Commission donde tienen que presentar un resumen sencillo de su performance financiera) predicen ganancias futuras, rentabilidad, futuros anuncios de noticias, e incluso futuras quiebras. En cambio, las empresas que no hacen estos cambios experimentan retornos anormalmente positivos", prosiguen los académicos.
COMO LOS BANCOS CENTRALES
Al igual que las minutas y discursos que realizan los funcionarios de los principales bancos centrales, que luego son examinados con lupa por parte de los analistas para encontrar alguna pista sobre lo que quisieron decir, los investigadores a cargo de este estudio consideran que este es el proceder a seguir con las memorias trimestrales y anuales, que tienen mucha más información disponible para "sacarle el jugo" y que está siendo subutilizada.
De acuerdo con los autores, los inversores acostumbran a reaccionar ante las informaciones financieras de las empresas, pero no tanto a la interpretación de los cambios semánticos de los documentos de referencia. Pero las evaluaciones permitieron comprobar todo lo contrario: cuando las alteraciones en el léxico ocurren en la información referida a los factores de riesgo, en un 86% de los casos anticiparon la publicación de malas noticias, que luego fueron confirmadas varios meses más tarde.
El estudio da como ejemplo el de la compañía Baxter, especializada en material médico, cuya cotización se derrumbó un 20% en abril de 2010 después de que el diario The New York Times publicara un artículo alertando que la empresa estaba teniendo problemas para que la Food and Drug Administration (FDA)le certificara un modelo de bomba de infusión.
En la memoria 2009 de la empresa, publicada dos meses antes, la palabra "FDA" había aparecido un 71% más de veces que en informes anteriores, así como "revisión" creció un 50% en apariciones y "bomba de infusión volumétrica" un 182%. Sin embargo, los mercados no tuvieron en cuenta ninguno de esos indicios. "Un inversor que hubiera adoptado una posición vendedora en los dos meses anteriores al artículo del diario hubiera obtenido una rentabilidad del 30%", dicen los autores. Como para tener en cuenta la próxima vez.













