El paquete de medidas anunciado por el Banco Central y el Ministerio de Economía apunta a un esquema ortodoxo de control de agregados monetarios y al abandono de los últimos vestigios de heterodoxia. La City los desmenuzó y surgieron entusiasmos, advertencias y llamados a la cautela. El consenso apunta a que las iniciativas de Santiago Bausili y Luis Caputo resultan "coherentes" con la fase actual de estabilización, aunque advierten algunos riesgos inherentes al nuevo ajuste de la política monetaria. En particular, subrayan que, aunque la inyección de pesos al mercado puede ser necesaria, será fundamental implementar medidas complementarias que impidan que el exceso de liquidez presione sobre el dólar o acelere la inflación. El Gobierno reforzó su estrategia para eliminar fuentes exógenas de emisión monetaria y fortalecer tanto las reservas del BCRA como el anclaje nominal de la economía. Lo que resulta muy bueno ante los ojos del mercado. Para Adcap Grupo Financiero las medidas anunciadas este lunes buscan corregir desequilibrios heredados, reforzar la acumulación de reservas y afianzar el control de la liquidez, "enmarcándose en una estrategia integral que combina incentivos en dólares y ajustes de instrumentos en pesos". Su mirada puede sintetizarse en los siguientes puntos: Al permitir suscripciones directas en dólares con un tope mensual de u$s 1000 millones en las licitaciones habituales del Tesoro, el BCRA busca engrosar las reservas. Adcap interpretó esta línea de acción como la llave para sumar aproximadamente u$s 7000 millones adicionales hacia fin de año si el programa se mantiene o si se flexibiliza el límite cuando las condiciones lo ameriten. La apertura del mercado oficial de cambios a inversores extranjeros, incluso para posiciones de corto plazo (menos de seis meses), combinado con la reciente emisión del bono Bonte 2030, reafirma la expectativa del broker de que el Gobierno continuará con las emisiones en dólares para reforzar el flujo de divisas. Esta dinámica, en su mirada, es esencial para diversificar y estabilizar la base de reservas. Para Adcap, la recompra de puts en manos de bancos elimina riesgos potenciales de liquidez y reduce la expansión monetaria discrecional. La eliminación paulatina de las LEFI y su canje por Lecap orienta el exceso de liquidez hacia plazos cortos y tasas de mercado, potenciando la transmisibilidad de la política monetaria. La modificación de encajes bancarios refuerza ese mismo objetivo: controlar la oferta de dinero y mejorar la predictibilidad del sistema financiero, opinan. Para la casa de Bolsa, estos pasos son "imprescindibles para sanear el balance del BCRA y evitar sorpresas en la base monetaria que puedan desestabilizar la inflación". Sobre este punto, el Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec) que dirige Leo Anzalone escribió que: "La recompra de contratos de puts sobre títulos del Tesoro en poder de los bancos es una medida técnica pero fundamental". Y es que explica que, estos instrumentos representaban pasivos contingentes para el BCRA, ya que podían convertirse en obligaciones de emisión monetaria discrecional cuando los tenedores de estas opciones ejerzan su derecho, ya que el Gobierno debería emitir para hacer frente a eso. "Al eliminarlos, el Banco Central fortalece su balance y refuerza el control sobre los agregados monetarios (M2 y M3), que son la verdadera ancla nominal del régimen actual", asegura Cepec. Y agrega que esta acción complementa otras iniciativas de saneamiento, "como el canje de LEFIs por LECAPs, lo que demuestra una coordinación efectiva entre el BCRA y el Tesoro. "Es destacable que el Tesoro asuma la responsabilidad de emitir los instrumentos necesarios para gestionar la liquidez que dejarán las LEFIs, en lugar de cargar al BCRA con pasivos cuasi-fiscales. Esta división de roles es esencial para construir un marco monetario creíble", dice la consultora de Anzalone. Con la emisión de los Bopreal Serie 4, dirigidos a entidades con pasivos externos o deudas previas a diciembre de 2023, el Central apunta a reestructurar obligaciones antiguas bajo un nuevo esquema más ordenado. Adcap valora esta medida como un intento de alinear los vencimientos y reducir presiones sobre el tipo de cambio, aunque dice que hay que estar atentos a la demanda efectiva en la licitación del 18 de junio. Para la sociedad de Bolsa, estas medidas conforman "un paquete coherente". Por un lado, abren canales de financiamiento externo y compras en dólares que refuerzan las reservas; por el otro, ajustan la arquitectura de pasivos en pesos y los encajes bancarios para controlar mejor la liquidez y "anclar expectativas de inflación". Su conclusión es que, si se implementan de manera ordenada y se mantienen las condiciones de acceso, podrían restablecer gradualmente la credibilidad de la política monetaria y aliviar tensiones cambiarias. Para CEPEC, la incorporación de títulos públicos suscribibles en dólares para plazos mayores a un año "es una estrategia inteligente para diversificar la base de inversores sin presionar el mercado cambiario". Según explica el documento, al eliminar restricciones para no residentes (siempre que operen vía MLC o en colocaciones primarias con vencimientos superiores a seis meses), se amplía el pool potencial de compradores. Destaca que "el límite mensual de u$s 1000 millones sugiere un enfoque cauteloso, pues evita sobreexponer al Tesoro a renovaciones constantes de deuda en moneda extranjera. No obstante, el éxito de esta medida dependerá de la confianza en la sostenibilidad fiscal. "Si los inversores perciben que Argentina puede honrar estos compromisos, podría convertirse en una fuente estable de reservas", concluye CEPEC. Para CEPEC, el desafío ahora es mantener la consistencia en la implementación y evitar que presiones fiscales o shocks externos deriven en retrocesos discrecionales. "Si se sostiene este rumbo, Argentina podría sentar las bases para una desinflación duradera y, eventualmente, transitar hacia un régimen monetario más convencional", concluye.