

Aunque puede ser tentador adjudicar las recientes caídas de los precios de las materias primas al final del llamado ’súper ciclo’ - el período de abruptos incrementos de precios y elevada volatilidad desde que comenzó el siglo XXI -, la consultora McKinsey argumenta que el hecho de que el valor de los commodities todavía está cerca de los niveles de 2008 antes de que estallara la crisis financiera global, en un momento en el que el crecimiento de la economía mundial se mantiene por debajo de su potencial, no sólo sorprende, sino que indica que el súper ciclo aún está vivo y goza de buena salud. La razón principal es que la oferta es menos capaz de ajustarse rápidamente a los cambios en la demanda, porque cada vez es más difícil y costoso acceder a nuevas reservas, cuya extracción requiere de una tecnología más sofisticada.
Según destaca Sala de Inversión, firmas como Barclays, sin embargo, refutan que el crecimiento global aun no es lo suficientemente robusto para provocar un sostenido repunte en los precios de los productos básicos, pese a que la industria manufacturera y la confianza empresarial se estén fortaleciendo paulatinamente, sobre todo en China.
Las materias primas más sensibles al crecimiento como los metales industriales podrían tener una elevación de precios a corto plazo; no obstante, el estaño y el zinc son los únicos que tienen unos fundamentales sólidos para mantener un rally.
Entre los metales preciosos, de acuerdo con Barclays, este año continúa destacando el platino, en cuyo mercado el foco de atención vuelven a ser las interrupciones de la producción en Sudáfrica, en concreto en las minas de Anglo American Platinum, el mayor productor de platino del mundo, por la huelgas en protesta contra planeados recortes de miles de empleos.
Aunque la debilidad del rand sudafricano ha aliviado parte de la presión de costos, la situación de la oferta minera sugiere mayores precios.
Asimismo, el metal precioso cuenta con el apoyo de una incipiente estabilización de la demanda automotriz en Europa, y el posicionamiento especulativo en el mercado de materias primas de Nueva York (NYMEX), que aumentó un 80% en 10 semanas a fines de septiembre a su mayor nivel desde marzo.
Pese a que los fundamentales muestran signos de mejora, el platino una vez más se ve influenciado por el temor a una estrechez en el suministro por las disminuciones en la producción minera.
CPM Group’s Platinum Group Metals afirma que aunque el mercado de platino entró en déficit en 2012 y su valor cayó un 9,8% a un promedio de 1,554 dólares por onza, este año el precio mejorará ligeramente debido a la mayor demanda de fabricación y la confianza de los inversores hacia el metal.
El análisis de Bank of America/Merrill Lynch establece el precio promedio para 2013 en 1,550 dólares/onza, y en 2014 se espera que los futuros alcancen 1,850 dólares la onza. Entre los riesgos bajistas la firma estadounidense destaca una menor demanda del metal precioso en joyería a consecuencia de su encarecimiento, y entre los alcistas los vientos en contra que enfrentan los mineros en Sudáfrica y los problemas de escasez de suministro que surgirán en un contexto de mayor crecimiento mundial hacia el último trimestre de este año.
También hay que tener en cuenta que aunque los productores europeos de auto catalizadores son compradores clave en el mercado del platino, la recesión económica en la región limitará el potencial alcista del metal. Sin embargo, una señal positiva reciente es el rally registrado por las acciones de los fabricantes europeos de vehículos.
Sin embargo, los buenos augurios sobre el platino se vieron oscurecidos, como en el resto de los commodities excepto el petróleo, por el posible impacto económico del cierre parcial del Gobierno estadounidense .
Aunque el platino logró cerrar la semana pasada con una nota positiva, los futuros del metal precioso no lograron evitar acumular seis semanas consecutivas de pérdidas, su peor desempeño desde abril, abriendo una buena oportunidad de compra para los que confíen en su potencial de revalorización del 12,5% para este año, como apunta Merrill Lynch.













