

En apenas dos semanas las reservas aumentaron en aproximadamente en u$s 3.000 millones y se encuentran en su mayor nivel desde 2013. Esto fue posible luego de que el Gobierno realizó la colocación del Bonar 2024 por u$s 1.400 millones y luego de la emisión de las Obligaciones Negociables de la empresa YPF por otros u$s 1.500 millones.
En este contexto los inversores comienzan a demostrar mayor interés en un mercado en donde consideran que aún es riesgoso introducirse, pero en el que creen que por el pronto cambio de gobierno esa situación podría cambiar.
“Se observa una consolidación del proceso que se inició luego de agosto de 2013 cuando el Gobierno pierde las Primarias Simultaneas Abiertas y Obligatorias (PASO). Desde ese momento, el rendimiento de los bonos y los precios de las acciones se fueron corrigiendo”, sostiene Rodrigo lvarez de la consultora Analityca en diálogo con Cronista.com.
Las tasas hace tres años atrás estaban por encima del 10%, pero luego iniciaron un camino a la baja que las llevó hasta el rango actual de entre 8% y 10%. El Gobierno no es ajeno a la realidad y aprovecha el contexto actual de alta liquidez en el mercado internacional.
Sin embargo, los inversores realizan inversiones en Bonos u Obligaciones Negociables de empresas que son fácilmente intercambiables en el mercado, o líquidos. Esto significa que son inversiones que ayudan a engrosar las reservas del Banco Central, pero no son inversiones ligadas a sectores específicos de la economía y por lo tanto a más largo plazo.
“Los rendimientos tienen una tendencia a bajar a medida que pase el año, debido a que habrá mayor certidumbre sobre el próximo Gobierno. Sin embargo, hay que destacar que el Gobierno está generando confianza en el mercado con esta ‘pax cambiaria’, con un dólar relativamente quieto, entrega de divisas para los ahorristas y engrosamiento de las reservas que garantizan el pago de los próximos vencimientos”, destaca lvarez.
En este contexto, algunas empresas comenzaron a sondear cuales serían las tasas de salir al mercado como lo hizo YPF. Incluso, en el Gobierno Bonaerense la noticia de la colocación del Bonar 2024 y la fuerte demanda trajo beneplácito y elogiaron el éxito del Gobierno Nacional.
La administración sciolista habitualmente sondea el ánimo en los mercados con la expectativa de realizar colocaciones similares en pesos pero también en dólares.
“La colocación de deuda que hizo el Gobierno Nacional la semana pasada representa seguramente el punto de partida de un proceso lento pero continuo de una estrategia de financiamiento externo de Argentina. Estas divisas le agregan algunas reservas al BCRA y permiten seguir descomprimiendo, aunque a cuentagotas, la restricción externa. En la estrategia de economía política del Gobierno, llegar con estabilidad cambiaria a agosto/octubre significa mucho, y para ello, mantener el stock de reservas internacionales relativamente bajo control juega un papel central”, sostienen desde la consultora Bconomics.
“Hay un mercado que compra el fin de ciclo de la actual política económica aunque aún no está claro que es lo que se viene. El próximo Gobierno sabe que necesita dólares y por el momento lo que hay son fondos especulativos”, remarca el economista.
El mercado está anticipando el cambio y está inyección de dólares fue una pequeña muestra. La estabilidad del tipo de cambio en los próximos meses ayudará a dar previsibilidad a los inversores, que por ahora son tímidos, pero que ya tiene sus ojos puestos en el país.













