Hay una nueva tendencia en el circuito financiero del submundo de las cuevas, los corredores de cambios y las financieras: nació el dólar antifuga. ¿Por qué pasa esto? Porque en lugar de fugar divisas al exterior, las traen para acá. De hecho, es récord la cantidad de argentinos que está trayendo sus ahorros en moneda extranjera a través del circuito informal, según revelan en estricto off the record en las principales mesas de la City. Mientras siempre en Argentina se acostumbraba a pagar hasta 5% por fugar divisas, ahora se paga eso por traerlas, en su mayoría desde los Estados Unidos. La clave radica en la inflación y en la caída de poder adquisitivo de mucha gente que no quiere bajar su nivel de vida, entonces tienen que repatriar sus ahorros para poder afrontar los gastos del mes, más todos los vencimientos impositivos de Bienes Personales y Ganancias, con sus respectivos anticipos. Hay dueños de pequeñas y medianas empresas, que tienen su contabilidad en gris (mitad blanco y mitad negro) que deben primero traer sus dólares del exterior y luego cambiarlos a pesos para poder cubrir los cheques a los proveedores y pagar todos los sueldos, ya que con lo que facturan no les alcanza para cubrir todos los costos y estar en break even (punto muerto). Además, hay grandes inversiones que deben hacer, no en maquinarias, sino en indemnizaciones, muchas veces mediante retiros voluntarios encubiertos, donde le pagan todo lo que le corresponde y hasta un plus al empleado, por lo que también deben deshacerse de sus ahorros en el exterior. Aparte, con una inflación del 8,5% anual en Estados Unidos, la mayor en los últimos 40 años, no les conviene dejar la plata sin rendimiento, cuando con el carry trade pueden hacen mejor negocio, hasta ganarle a la inflación en dólares, para no perder poder adquisitivo. Incluso, hay quienes se vuelcan al negocio de la construcción, y usan sus dólares ahorrados en el exterior para compra de terrenos y materiales para obras.