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Se viene la cuenta regresiva para el 30 de junio, cuando se termina la baja temporal de las retenciones a la soja del 33 al 26%, lo que provocó una aceleración de la liquidación de los agroexportadores.
Esta fue la razón por la cual el dólar oficial cayó 2% a $ 1160, y empujo hacia la baja de las de más cotizaciones, todas con un descenso del 1%: el MEP a $ 1168, el contado con liquidación a $ 1172 y el blue a $ 1190.
Hoy el carry trade vuelve a ser negocio, por lo tanto a los exportadores hasta les conviene liquidar para hacer tasa en pesos, ante el tipo de cambio que se derrumba. Además, hay mucha soja retenida y se necesitan pesos para cancelar deudas y pagar insumos.
Desde el 1 de julio
De todos modos, el mercado apuesta a que otro será el escenario a partir del 1° de julio, una vez que las retenciones vuelvan a subir y haya menos liquidación de los agroexportadores. "Lo normal sería que el mercado vaya buscando valores más altos del dólar", vaticinan los analistas de la consultora LCG.
Este movimiento, que atentaría transitoriamente contra la inflación, no descartan que ocurra antes de las elecciones. Por más que este evento político es habitualmente clasificado como un Día D, lo cierto es que el desenlace cambiario podría no venir de una nueva negociación entre el gobierno y el FMI.
Sino simplemente del análisis de los referentes del mercado, que no tienen un calendario definido para comprar dólares, aunque suelen dolarizar sus carteras en la previa a un proceso electoral.
Elecciones
Salvo que el BCRA, así como no compró los dólares de la cosecha en estos meses, sí decida vender dólares para enfrentar una demanda un poco más asustada.
"Ciertamente, sería una pésima señal que podría estimular todavía más la demanda de dólares, así que nos volcamos a que intente torcer esos incentivos insistiendo con promociones en el mercado de futuros, que también estaban vedadas en el acuerdo con el FMI", prevén desde LCG.
¿Hay algún riesgo de un desenlace un poco más crítico? Ciertamente, no ven un escenario de crisis, ni de corrida pronunciada. A diferencia del 2017, en estos últimos meses no fueron los capitales externos los que más se posicionaron en pesos. Y los inversores externos no sólo suelen ser más espasmódicos, aunque en finanzas, casi todos se mueven de manera rápida, sino que también más acaudalados.
Nuevos fondos
Con lo cual, en un escenario más incierto en lo cambiario, no tiene por qué haber un aluvión de salidas, aunque habría que contemplar las entradas de fondos recientes y las que se piensan convocar con nuevas emisiones, reduciendo, por ejemplo, el "parking" a no residentes", lo que facilita las entradas y salidas rápidas.
Así y todo, sin embargo, no hay mejor predictor de la demanda de dólares que la misma evolución reciente del dólar. Esto quiere decir que, si el dólar comenzara a testear nuevos límites, de entre $ 1250 o $ 1300, eso estimularía más a la demanda: la gente y las empresas tendrán hábitos más frecuentes de ir al homebanking o a la app de la Alyc para cubrirse nutriendo de más fondos las cuentas en dólares.
Cuando el dólar alcanza un determinado nivel razonable para las cuentas externas, la estrategia óptima es que el BCRA venda para defender una paridad no atrasada. Pero en principio esa opción estaría vedada, sobre todo porque no compró cuando debería haber comprado, así que en la City no ven descabellado pensar que el límite sea el mismo techo de la banda.
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