ExxonMobil y Chevron buscan una porción mayor del negocio de compraventa de energía de 70.000 millones de dólares, expandiendo sus operaciones para aprovechar el auge del gas natural licuado (GNL) y alcanzar a sus rivales Shell y BP. Las dos grandes petroleras ("supermajors" en la jerga petrolera) de Estados Unidos han sido tradicionalmente más reacias al riesgo que sus pares europeos, prefiriendo concentrarse en la producción de petróleo y gas, pero ahora están priorizando este sector lucrativo. "Dentro de Exxon, dicen que ahora solo importan tres cosas: Guyana [donde la empresa está desarrollando un enorme yacimiento petrolero costa afuera], Estados Unidos y el trading", afirmó un alto operador de gas. Un ejecutivo de una de las compañías dijo sobre la compraventa de energía que "quiero escalarla ahora. Necesito todo el talento". Exxon y Chevron se están enfocando en el GNL, que según consultores de McKinsey, junto con el gas y la electricidad, pronto eclipsará al petróleo como el mayor motor de las ganancias en el comercio de materias primas. Ambas compañías nombraron nuevos responsables de trading de GNL, con base en Asia, donde se espera que la demanda crezca más rápido. Exxon contrató a Sid Bambawale de Vitol para dirigir su negocio de GNL, mientras que Chevron ascendió a Frankie Lee, anteriormente gerente en Reino Unido, para liderar su mesa global. Las dos empresas también han firmado una serie de acuerdos con terceros por aproximadamente 7 millones de toneladas anuales cada una de GNLestadounidense para ampliar sus carteras de trading. Hace dos años, Exxon y Chevron se vieron obligadas a quedarse al margen cuando compañías como Shell, BP y TotalEnergies, junto con traders de materias primas como Vitol y Trafigura, captaron más de 104.000 millones de dólares de ganancias antes de intereses e impuestos, según McKinsey, mientras los precios de la energía se disparaban tras la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania. Las mesas de trading de energía de esos grupos se movieron rápidamente para redirigir cargamentos de petróleo y gas desde otras partes del mundo hacia Europa para cubrir el vacío que dejó el corte del suministro de gas ruso. Las ganancias retrocedieron a 70.000 millones de dólares el año pasado, según la consultora, que además predice que alcanzarán los 115.000 millones para 2030. Shell, el mayor comerciante de GNL del mundo, vendió 66 millones de toneladas el año pasado, más del doble de lo que produjo. Peter Clarke, jefe de la división de GNL de Exxon, dijo que la gran petrolera estadounidense estaba cambiando su enfoque. "Si miras atrás en la historia, encontrabas un cliente, firmabas con él todo el offtake y tenías un barco que básicamente iba y venía", dijo. "Hoy es totalmente diferente", añadió Clarke, explicando que Exxon ahora también compra gas de otros productores y lo integra en una cartera global de ventas. Chevron ha adoptado una estrategia similar. Freeman Shaheen, presidente de gas global, afirmó que los clientes querían mayor flexibilidad. "Si hace demasiado calor o demasiado frío, necesitan más, o menos", dijo. "Si tomo distancia y creo una cartera diversa de suministro y una cartera diversa de clientes, podemos ayudar a que eso ocurra. Lo que me entusiasma ahora es armar el rompecabezas". Los movimientos de las empresas coinciden con una rápida expansión de la industria estadounidense de GNL, que según la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA), más que duplicará su capacidad de exportación, pasando de 85 millones de toneladas anuales a principios del año pasado a unas 180 millones para 2028. La inminente oleada de exportaciones de gas llevó al gobierno de Trump a presionar este mes a Europa para que firme más acuerdos, después de que la UE se comprometiera a comprar 750.000 millones de dólares en energía de EE.UU. durante los próximos tres años. "En el pasado, EE.UU. consumía todo el gas que producía", dijo Benjamin Lakatos, presidente ejecutivo de MET Group, productor y trader de energía en Suiza. "Ahora tienen producción excedente, tienen que vender". Agregó que las ganancias del GNL se desplazan constantemente a lo largo de la cadena de valor, del productor al consumidor. "Si solo estás en un segmento, tienes dos o tres buenos años y luego un año terrible", explicó. "Si quieres tener éxito en GNL, necesitas estar en todas partes". "La gente suele ir a Exxon y marcharse alrededor de 18 meses después, frustrada por tener que hacer las cosas a la manera de Exxon", dijo un operador. Otro analista señaló una barrera diferente para los grupos estadounidenses: "podría ser difícil para ellos aceptar pagar a los traders más que a sus directores ejecutivos. Esa es una mentalidad con la que los europeos se sintieron cómodos hace mucho tiempo". Aunque Shell y BP no revelan cuánto ganan sus traders, los traders independientes sí difunden su fondo anual de bonos. Trafigura, por ejemplo, repartió 3.000 millones de dólares en la primera mitad de 2023 entre unos 1.200 accionistas, casi todos traders y ejecutivos del negocio.