Vladimir Putin y Wang Yi, jefe de la diplomacia china, se comprometieron a estrechar los lazos entre ambos países a pesar de la "presión de la comunidad internacional", en vísperas del primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania. La visita de Wang a Moscú, la primera de un alto cargo chino desde que Putin ordenara la invasión el año pasado, pone de relieve la profundización de las relaciones entre el presidente ruso y su homólogo chino, Xi Jinping, mientras la guerra se extiende hacia su segundo año. "Estamos dispuestos a mantener nuestro enfoque estratégico y nuestra determinación junto a Rusia", declaró Wang al reunirse con Putin este miércoles. Añadió que ambas partes profundizarían en "la confianza política mutua y la cooperación estratégica". Beijing ha proporcionado un salvavidas económico a Moscú a medida que las sanciones occidentales se hacían sentir, aumentando sus compras de exportaciones energéticas rusas. También ha aumentado su suministro de componentes técnicos que Rusia ya no puede importar de los países occidentales debido a las sanciones. "Las relaciones entre China y Rusia han resistido la presión de la comunidad internacional y se están desarrollando de manera muy estable en el contexto de una situación internacional muy compleja y cambiante", dijo Wang a Putin. Su viaje forma parte de una gira diplomática por Europa tras el fin de tres años de aislamiento chino bajo la política Covid-cero de Xi. China ha estado tratando de transitar un delicado camino entre respaldar a su vecino del norte, Rusia, y alienar a sus principales socios comerciales en Europa. Algunos analistas afirmaron que la declaración de Wang, aunque reafirmaba el apoyo a Moscú, se quedaba corta y en algunos aspectos incluso representaba un retroceso retórico. "En su declaración, Wang Yi no mencionó la expresión 'socio sin límites'", afirmó Yu Jie, investigador principal del think-tank británico Chatham House. "Es un cambio que demuestra que Beijing está intentando poner un poco de luz entre China y Rusia". La frase "sin límites" se utilizó en un comunicado conjunto entre Putin y Xi cuando se reunieron en Beijing apenas 20 días antes de que Rusia invadiera Ucrania. El comunicado decía que "no hay límites a la cooperación sino-rusa... no hay zonas prohibidas". Tras reunirse con Wang el fin de semana, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió de que China estaba considerando la posibilidad de suministrar armas a Rusia para reponer su arsenal, mermado tras un año de guerra de desgaste y afectado por las sanciones impuestas a las cadenas de suministro de su industria de defensa. Beijing negó las acusaciones y acusó a Occidente de alimentar el conflicto suministrando armamento avanzado a Ucrania. Antes de su encuentro con Putin, Wang también se reunió en Moscú con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y con el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev. El martes, Patrushev dijo a Wang que Rusia apoyaría a China en Taiwán -la isla cuya soberanía reclama Beijing-, así como en las regiones chinas de Xinjiang, Tibet y Hong Kong, que, según él, estaban siendo "utilizadas por Occidente para desacreditar a China". En reuniones con altos funcionarios occidentales en la Conferencia de Seguridad de Múnich celebrada el fin de semana, Wang esbozó un documento de posición que China anunciaría el viernes, primer aniversario de la invasión. Aunque China no ha dado a conocer ningún detalle del plan, los diplomáticos occidentales se muestran muy escépticos ante los esfuerzos de China después de que no condenara la invasión de Putin, pregonara una asociación "sin límites" con Moscú y ayudara a apuntalar la economía rusa. Xi se reunió con Putin el año pasado, pero no ha hablado con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, desde la invasión.